Opinion

La Otra Elección *

Soy amigo de la polarización política, me encanta el debate pugnas y acido entre campañas, poner al descubierto personalidades, equipos y por supuesto la discusión sobre las propuestas es propia de las democracias, lo que resulta dañino es el fanatismo sin argumentos y el sectarismo ignorante, eso es otra cosa. De ahí que resulte extraño quienes consideran irrelevantes los debates en medios de comunicación entre los candidatos.

En Colombia el periodo del Frente Nacional nos acostumbró a conocer los Presidentes con seis meses antes de cada elección, pero además a un debate insípido en donde la alternancia del poder entre partidos era predecible.

Se extrañan de la acidez de esta campaña, pero no se imaginan como son las de otras democracias como la estadounidense, la francesa o incluso la inglesa.

Una serie como “House of Cards” (Recomendadísima para los amantes de la intriga política) no fue inspirada en nuestras repúblicas bananeras, el debate de Macron y Le Pen en Francia por la presidencia, o la intriga inglesa por derrocar ministros como el actual, es pan de cada elección en dichas naciones.

Sin embargo, inmersos en el crispante juego político entre Rodolfo y Petro, para los caldenses está pasando una elección de manera inadvertida, pero sumamente importante, la elección del Rector de la Universidad de Caldas.

Esta elección es tan importante como cualquiera en la región, con un presupuesto para el año 2022 de 217 mil millones, la Universidad de Caldas resulta ser una institución de alto valor y alta incidencia social y educativa, ya que allí se forman casi 20.000 personas cada año, se genera gran parte del nuevo conocimiento regional y se lideran proyectos de extensión que llegan a todos los rincones del departamento.

Para poner en contexto, el presupuesto aprobado para la Gobernación de Caldas fue de 874 mil millones y el de la alcaldía de Manizales de 881 mil millones. La Universidad de Caldas es la tercera entidad más grande con manejo de recursos públicos en el Departamento.

Luego del proceso reglado, hoy el Consejo Superior debe elegir de una terna conformada por el Voto en Blanco, el actual Secretario de Educación de Caldas Fabio Arias y la médica y decana de la Facultad de Salud, Claudia Patricia Jaramillo.

Sin embargo, este proceso, en el cual se debió haber nombrado rector o rectora el pasado 20 de mayo, ha estado plagado de innumerables zancadillas. Por un lado, fuentes creíbles me informan que se ha dado una avanzada jurídica con el único propósito de aplazar el proceso, en busca de lograr apoyos o cambios en el Consejo Superior. Hechos como los denunciados por los representantes de profesores y estudiantes ante el Consejo Superior (https://www.universidad.edu.co/consejeros-cuestionan-congelamiento-de-eleccion-de-rector-de-la-u-de-caldas/) preocupan a la comunidad académica, ya que se señala que han existido bloqueos o posibles manipulaciones en la información y correspondencia en el seno del consejo en medio del proceso para la designación de rector.

La segunda estrategia que viene percibiendo la comunidad educativa es la del ataque judicial contra varios miembros del Consejo Superior. Se conoce recusaciones basadas en argumentos baladíes e incluso suscritos por “Estudiantes que amamos la universidad”, es decir, por remitentes anónimos. Lo más grave es que algunas de estas recusaciones han sido puestas en conocimiento varias semanas después de su radicación y la información sobre estas y otros impedimentos han sido presentados en horas de la madrugada, lo cual evidentemente no tendría otro objetivo que entorpecer el proceso.

Dichas recusaciones e impedimentos, que deben ser resueltas por el Consejo Superior, tal y como sucede con el Congreso, el Consejo Nacional Electoral o cualquier otra entidad pública similar, fueron remitidas a la Procuraduría por parte del Presidente del Consejo Superior y de la Secretaria General sin el pronunciamiento del Consejo en pleno. De esta manera, se saltaron al consejo en una de sus funciones esenciales y están afectando de forma clara la autonomía universitaria, la cual por ley y copiosa jurisprudencia es la indicada para surtir dicho proceso, no siendo la procuraduría la autoridad encargada de dirimir el tema, y aplazando aún más la elección y la interinidad en la Universidad de los Caldenses.

La última estrategia ha sido el intento de “ablandamiento” a miembros del Consejo que decidirá la designación. Docentes y empleados me han referido que ha habido visitas de líderes universitarios a miembros del Consejo para intimidarlos, información sobre ellos ha sido filtrada desde adentro de la administración central para ser expuesta en reuniones y asambleas, e incluso se han redactado cartas buscando revocar las representaciones de algunos de estos miembros.

Con estas direccionadas dilaciones, se ha impregnado esta elección de la politiquería más rastrera posible, contrario al rigor académico y técnico con que en anteriores ocasiones se imponía.

Algunos afirman que algunas de estas acciones han sido promovidas por un exrector de la Universidad de Caldas, conocido por su cercanía con algunos Senadores salientes del congreso. Aparentemente su apego por el Poder y su afán por no permitir que la Doctora Claudia o el Doctor Fabio lleguen al cargo, serían los motores de estas estrategias.

Como caldenses debemos de interesarnos en esta elección y hacer un llamado a las fuerzas vivas del departamento para que el Consejo Superior de la Universidad no evada sus competencias y funciones, y con ello mantener el buen nombre, pero, sobre todo, la normalidad administrativa y académica en una entidad que no debe ser contaminada de los vicios del poder y la politiquería.

* Por: Alejandro Loaiza Salazar – Enlace Congreso de la República. Oriundo de Samaná, con estudios en Gobierno y Relaciones Internacionales de la Universidad Externado de Colombia.

Twitter: @AlejandroLSFD

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