Opinion

¿Asustados con el Ingeniero?

Si existe un factor que incline la balanza en una campaña presidencial son las encuestas, y las recientes encuestas tienen al país nacional y al país político bastante inquieto.

Rodolfo Hernández, el polémico exalcalde de Bucaramanga quien salto a la fama luego de amenazar con pegarle un tiro a un contradictor, algo así como el “Si lo veo le doy en la cara marica” de Álvaro Uribe, o la cachetada a uno de los conejales contradictores a su administración, es de lejos el fenómeno político de estas elecciones, independientemente de los resultados electorales.

El ascenso de Gustavo Petro y de Rodolfo Hernández, no obedece a criterios ideológicos, es la respuesta de los ciudadanos al cansancio político que se tiene frente a las tradicionales clases dirigentes.

Sin embargo, y a pesar de los resultados presentados por las encuestas, un análisis un poco menos ligero deja ver en las correspondientes fichas técnicas la clara inclinación que se tiene, argumento que se refuerza con el hecho por ejemplo de darle menor peso en las mediciones estadísticas a Bogotá, donde hace cuatro años en la primera vuelta se obtuvieron más de 3.600.000 votos,  cuando en los Santanderes por ejemplo, donde encuestas como la del Centro Nacional de Consultoría le dan mayor peso que a la capital, se obtuvieron entre Santander y Norte de Santander aproximadamente 1.600.000 votos.

De lejos este criterio estadístico, en el que otras encuestas como la de Guarumo se insiste, favorece al exalcalde Santandereano, pues sin duda es mejor contrincante para una segunda vuelta con Petro, que el ya desgastado Fico.

Si una de las quejas en esta campaña es el generalizado populismo entre los candidatos, el Ingeniero es su mayor exponente, siendo este el menos grave de sus defectos, pues aun a pesar de su aparente independencia, es no solo un defensor a ultranza de la clásica derecha, sino un experto negociante, que cuando debe transar los hace sin ningún reparo, de la misma manera con la que conformo su lista a la Cámara de Representantes en el Santander con políticos tradicionales.

Lo anterior, sería como decir que Lizcano dejo de ser un político tradicional por el simple hecho de fundar un nuevo movimiento. El problema radica en aparentar de manera descarada lo que no se es con tal de lograr lo que a toda costa se espera conseguir.

Rodolfo Hernández es un “outsider” de la Política, que sin duda podría tener menos ataduras con las “maquinarias” que muchos, pero que deja enormes interrogantes frente a un posible gobierno, incluso, el hecho de no tener vasos comunicantes con las regiones. Pero sin duda debe tener a varios con los pelos de punta, pues llegarle al “Viejito” no es tarea fácil, y desgraciadamente a los únicos que conoce son a los mismos que rodean la candidatura de Federico Gutiérrez.

Creo que no solo hay segunda vuelta, sino que se mantendrá en lo que hasta ahora la sensación y la percepción dictan, Petro-Gutiérrez; el peso de las estructuras que rodean a Federico, así como la indignación que recogió Petro son sus mayores ventajas.

* Por: Alejandro Loaiza Salazar – Enlace Congreso de la República. Oriundo de Samaná, con estudios en Gobierno y Relaciones Internacionales de la Universidad Externado de Colombia.

Twitter: @AlejandroLSFD

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