Opinion

AQUÍ PENSANDO *

De por sí, existe un concepto generalizado en la sociedad colombiana y es que quienes se encuentran aspirando a la Presidencia de la República no generan emociones, no mueven pasiones y se están diluyendo en discusiones etéreas de si los malos o los buenos son los de la izquierda, los del centro o los de la derecha.

Adicionalmente, algo me generó más desconcierto sobre cómo es la situación actual de los candidatos, cuando una mujer que tiene discapacidad: es sordomuda y no conoce el lenguaje de señas (pero quienes la conocemos le entendemos con claridad cuando desea expresar algún sentimiento), nos manifestó que no quería votar por nadie a la Presidencia, y al preguntársele el por qué, refirió que ninguno le atraía y no se sentía interesada.

En el panorama siempre se habla de los mismos 3 o 4 candidatos, pero en realidad son 8: Gustavo Petro, Federico Gutiérrez, Sergio Fajardo, Rodolfo Hernández, Ingrid Betancourt, Enrique Gómez, Luis Pérez y Jhon Milton Rodríguez.

La verdad es que los debates han mostrado que: a parte de que quienes se enfrentan a él no tienen dotes de estadistas y refieren cifras de cuando fueron alcaldes o gobernadores (pero no tienen la preparación para hablar de unos datos del país en general), se suma que quienes los moderan no han sabido dirigirlos de manera productiva, se han vuelto confusos, por tanto, éstos no dan a conocer los puntos que trabajarán los candidatos de lograr llegar al primer cargo de elección popular del país. Es lamentable que en el debate del pasado lunes 21 de marzo haya sido uno de los candidatos quién ponga el tema de la educación en la mesa para debatir, luego de que otro se la pasara recordando que un candidato no había hecho presencia, desconociendo que en realidad faltaron otros 4.

Es decir, en los debates no se ha abordado de manera clara y con propuestas serías o al menos suficientes, los temas complejos que se deben tratar, tales como: la seguridad, la muerte de líderes sociales, la seguridad alimentaria, el empleo, la salud, la educación, la cultura, el deporte, por mencionar algunos.

Hemos visto en los debates, en sus discursos y en las redes sociales como cada candidato se defiende de si es del comunismo o si lo apoya X o Y ex presidente, que si es de los mismos que nos han gobernado o que si es diferente. No es posible que nuestro país tenga a estos como sus presidenciables. Se ha dicho que los pueblos tienen el gobierno que se merecen, pero de verdad: ¿alguno de ellos es quién merecemos?, no puede ser que el futuro de Colombia dependa de unas personas que no conocen el país, no saben que pasa en las regiones y cuáles son sus verdaderas necesidades.  

Si en las pasadas elecciones de Congreso se presentó una abstención de más del 50% de las personas aptas para votar, de seguir los candidatos con su falta de propuestas y seriedad en la contienda, más descontento se encontrará en la sociedad y por tanto serán menos del 50% quienes decidan el paso a la segunda vuelta.

En estos momentos y con esos candidatos es donde se siente impotencia frente a lo que vivimos en contienda electoral, porque nos damos cuenta que hemos desperdiciado verdaderos hombres de Estado que con seguridad tendrían al país en un escenario diferente. Lástima que el voto en blanco aún no tiene la fuerza para decidir.

Para quienes aún desconocen el poder del voto en blanco, se ha establecido que en las elecciones unipersonales si gana éste se deberán repetir las elecciones con unos candidatos distintos. ¿Creen que llegará el día en que gane el voto en blanco en Colombia?

* Por: Cristina Otálvaro Idárraga-Abogada; Conciliadora en Derecho; Especialista en Gestión Pública, en Derecho Constitucional y Parlamentario y Derecho de Familia; Magister en Políticas Públicas.

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