Afortunadamente las elecciones para el congreso terminaron en nuestro departamento y ahora sólo escuchamos a los ganadores congratularse por las ideas desarrolladas, en el plano electoral, no en ideas para el público sobre su futura gestión; pero además hemos escuchado a varios agentes que perdieron la contienda y hacen unas recriminaciones muy fuertes a sus amigos que los abandonaron.
Algo les tocará hacer a las autoridades, electorales y judiciales, con respecto a las denuncias que cada vez después de una elección se escuchan. La primera queja y generalizada tiene que ver con el tarjetón para Senado. Aquellos partidos que inscribieron varios candidatos, el número y la cuadrícula para rayarlo era casi imposible de encontrarlo por su escaso tamaño. Pongámonos en el pellejo de una persona de la tercera edad, un poco cegatón y comprenderemos una de las razones porque en nuestros pueblos pequeños hay tanta diferencia en los resultados de cámara y senado.
Para los que tenemos una cierta edad, ya casi muy adulta nos ha causado un poco de impresión la forma como ha cambiado la forma de hacer política hoy en día. Para nosotros era imprescindible las reuniones, las manifestaciones públicas, las visitas al directorio, el perifoneo y la repartida de la publicidad en hojas volantes. Usted pasaba por el frente de un directorio político y allí entraba la gente y salía, había presencia, se “goteriaba” tinto y tantas otras cosas. Hoy parece que todo esto es historia y creo que, en nuestra ciudad, hubo una o dos manifestaciones y pare de contar. Todo indica que la forma de hacer política hoy es a través de redes sociales. Allí se hacen encuestas, se adelantan debates, se da una información amañada de los actores políticos y por sobre todo es la práctica que nos ha tocado a todos aprender para informarnos algo de lo que pasa con nuestros candidatos. Por lo anterior muchos de ellos brillaron por la falta de propuestas, porque muchas veces no había quien las controvirtiera. Qué le vamos a hacer, es el mundo que nos tocó vivir. La vida no tiene una explicación científica. Podemos saber en qué momento pudo haber estallado el Big Band, pero no quien lo provocó.
Los resultados para la Cámara en Caldas fueron decepcionantes por el número de votantes. De 801.000 aptos para votar y parece que más o menos votaron 350.000 personas nos indica que la abstención fue más o menos del 56 por ciento, a mi modo de ver es preocupante y habrá que mirar las causas.
Fuera de la alta abstención del domingo anterior, los alcaldes que se convirtieron en jefes de campaña de sus patrocinados deben estar analizando resultados y tendrán que concluir si su decisión fue buena o mala. Repito: esa forma de hacer política ya está mandada a recoger.
* Por: José Oscar González Hernández. Se desempeñó como alcalde de Pensilvania, Diputado a la Asamblea de Caldas, Personero de Manizales.
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