Tenemos cosas claras en la vida y una de ellas es que la Navidad es ese periodo del año que nos permite aliviar muchos de los dolores que pasamos durante meses. Muchos aprovechamos este tiempo para embellecer nuestros hogares; armar el árbol de Navidad, decorar con luces nuestras ventanas, llevar guirnaldas con adornos y alrededor del pesebre orar fervientemente las novenas.
La ciudad no puede ser ajena de esa realidad y por eso el alumbrado navideño es pieza fundamental para el esparcimiento de los ciudadanos que salen a buscar un bálsamo entre todo el estrés y se dan un momento familiar y amigable en las noches alrededor de las luces. La Navidad es importantísima; también lo son los colores en las calles que dan cuenta de una temporada diferente; de una temporada de alegría.
Sin embargo, hay que ver con preocupación la decepción de muchos manizaleños al ver su ciudad tan apagada cuando ya ha pasado una semana completa desde el inicio de diciembre. No es justo que sitios tan icónicos como el barrio Chipre, que históricamente ha reunido enormes figuras con motivos navideños, se vea como una calle oscura de cualquier otro día del año.
Y es que el sentimiento se ve en las avenidas de toda la ciudad; que no reflejan mayores señales sobre lo que es la Navidad y ese espíritu de alegría que nos invade a la mayoría. Precisamente, de eso carece la ciudad en este momento: de alegría.
Cuando estuvimos en la Alcaldía de Manizales reconocíamos la importancia de esta fecha y del alumbrado y por eso, de la sinergia entre Invama y Chec, llevábamos la iluminación navideña a la mayor cantidad de puntos de la ciudad y, debo subrayarlo, también al sector rural; pues ellos también merecen vivir de esa alegría.
Manizales se engalanaba desde el 1 de diciembre hasta el último día de la Feria con luces. Había un importante show de luces en la Plaza de Bolívar promovido por Chec e Invama para que ese encendido fuera un show musical y de alegría. Ahora, lo que vemos, como lo tituló el diario local La Patria en su edición del miércoles 1 de diciembre es: “Le faltó luz al alumbrado navideño de Manizales”.
Gracias a Chec, la Glorieta de San Rafael y el Parque Antonio Nariño, del sector de El Cable, ven un poco de alegría. Sin ellos, la ciudad estaría a oscuras en las fechas más alegres del año. La inversión anunciada por el Invama asciende a $1.400 millones y se hizo una licitación. Lo que no dicen en muchos casos en quién se beneficia tras el nombre de esas empresas; eso también es transparencia. El año pasado la crítica era que el alumbrado era muy parecido a uno de otro año de una ciudad vecina. Hoy, la crítica es que no hay alumbrado y con justa razón.
La ciudad necesita luz para salir de tanta oscuridad. Lo que no puede ser es que esa oscuridad se aproveche como una falta de luz.
* Por Octavio Cardona – Candidato a la Cámara de Representantes por el Partido Liberal.
