Esta es una historia de la vida real y sucedió esta semana en Manizales.
Una familia de un buen sector residencial, se dispone a celebrar la navidad venidera y dentro de sus preparativos está la compra de un árbol grande que adorne su sala de recibo.
Tomaron las medidas del árbol y una tarde – noche se dirigieron a comprarlo a un sector del Barrio Linares. Fueron los últimos clientes del día.
Felices con su árbol se dirigieron a su lugar de residencia y se dispusieron a armarlo encontrándose con la sorpresa que era demasiado alto y no cabía.
El día siguiente era el programado como “día sin carro” por lo que se cambiaría el árbol el fin de semana; sin embargo, decidieron que lo harían el día sin carro sin importar que les tocara utilizar taxi.
Cuando la señora llegó a la bodega donde compró el árbol de navidad, en la puerta estaba la misma vendedora que la atendió la noche anterior, a quien se le iluminó la cara de alegría al verla y la abordó inmediatamente para verificar que fuera la misma persona.
Luego le comentó que el hermano del dueño del establecimiento, quien labora allí mismo también como vendedor, la había acusado ante el propietario diciendo ella vendió ese árbol en 600 mil pesos y solo había facturado 400 mil, quedándose con los 200 mil restantes, motivo por el cual sería despedida de su empleo ese mismo día y se quedaría sin el ingreso económico para su hogar que está atravesando una situación difícil.
También le dijo que desde el momento del incidente estaba orando para que la persona a quien le había vendido el árbol de navidad, regresara al almacén y poder aclarar tan penoso incidente, aunque ello era muy poco probable.
Inmediatamente se reunieron dueño del almacén, vendedora, cajera y compradora, se verificó la factura de venta, y se comprobó que solamente se había pagado 400 mil pesos por el árbol.
Todo aclarado, la vendedora salvó su puesto de trabajo, el dueño dijo que era la primeva vez que le devolvían un árbol de navidad, y quedó la seguridad que Dios intervino para evitar una injusticia.
Aquí sucedieron varias cosas inusuales para que la humilde vendedora pudiera seguir en su trabajo, es prueba que Dios existe y que las cosas suceden por algo.
