Por: Juanita Espeleta – Socióloga con trayectoria en trabajo comunitario, social y cultural en comunidades en condición de vulnerabilidad.
Si les preguntará hoy por la percepción que tienen de los políticos y de las personas que hoy nos gobiernan y representan., la gran mayoría de ustedes contestaría que es negativa, que casi todos nos han defraudado, que se han enriquecido a costa de nuestros impuestos, que han traicionado sus promesas y que no han respondido al sentir del pueblo, de la ciudadanía. Ya sabemos que no podemos generalizar, que todos los que están en política no son malos, ni corruptos ni mentirosos, pero al igual que en las entidades del Estado, necesitamos que los buenos no sean la excepción a la regla, sino que por el contrario sean la regla.
También está claro que como ciudadanos tenemos un poder enorme y es el de elegir justamente a quienes nos gobiernan y representan, podemos elegir a quienes toman las decisiones que nos afectan a todos y todas, es por ello que resulta supremamente importante preguntarnos cuántas veces hemos votado por políticos que no tienen idea de las necesidades del ciudadano del común, del ciudadano de a pie, de ese que paga arriendo, se endeuda para poder estudiar, madruga todos los días a trabajar, se aprieta para llegar a fin de mes, le debe al Icetex y paga seguridad social; la respuesta nos cabrá en los dedos de las manos, porque los de siempre, nos han fallado siempre y precisamente por eso, debemos analizar muy bien, quien merece nuestro voto, a quien le vamos a delegar nuestra confianza y esa gran responsabilidad de no pensar en sí mismo sino en plural, en todos y todas, necesitamos que nos gobiernen y representen esas personas del común, que al comprender la realidad en la que viven más de la mitad de los colombianos, pueda pensar en proyectos, leyes y estrategias que nos permitan tener oportunidades para salir adelante.
Sabemos que nos guste o no es la política el lugar donde se toman las decisiones más importantes para los municipios, que son los políticos los que deciden qué proyectos aprobar o gestionar, son ellos quienes deciden sobre el desarrollo de los pueblos, con un error garrafal, y es que lo hacen desde un escritorio y sin escuchar a las comunidades. Es por eso que necesitamos elegir en las próximas elecciones personas cercanas, personas como nosotros, que se han recorrido y caminado el departamento, que quieren sintonizarse con los territorios y proponer soluciones, y diferenciarse de los de siempre, de esos políticos que toman las decisiones para todo el departamento desde Bogotá y Manizales, desconociendo por completo el sentir de la gente.
Necesitamos que personas que viven o han vivido las mismas necesidades del colombiano de a pie, lleguen a esos espacios donde se construyen las leyes, donde se decide sobre el presupuesto, donde se aprueban los programas y proyectos de ciudad. Merecemos espacios de construcción colectiva donde se le dé prioridad a procesos, proyectos y acciones enfocadas a derrotar el cinismo, la indiferencia, el todo vale, la malicia, la violencia y la corrupción, nos urge tener discusiones serias que nos permitan acabar con ese sistema donde se premia al corrupto, al mal funcionario, a quien no hace bien su trabajo, necesitamos recuperar la confianza en el sector público y poner como premisa fundamental la meritocracia y la atención al público.
¡Es el momento de la gente!