Opinion

“NO PUEDO ENSEÑAR NADA A NADIE. SÓLO PUEDO HACERLOS PENSAR”. Sócrates

Por: José Oscar González Hernández. Se desempeñó como alcalde de Pensilvania, Diputado a la Asamblea de Caldas, Personero de Manizales.

Nos encontramos a más de 8 meses de elecciones presidenciales y hemos visto a casi todos los precandidatos o mejor de candidatos pasajeros que a la vuelta de la esquina negociaran su capital político y adherirán con quien se pliegue a unos pedidos electorales y nos dirán que son sobre la base de políticas para desarrollar en su mandato.

¿La pregunta de todos nosotros es qué se hicieron los partidos políticos en nuestro país? Hoy sentimos a los partidos políticos como unos leprosos que casi todos los dirigentes se quieren desmarcar de ellos porque eso, electoralmente no produce dividendos y la fórmula más sencilla para marcar la diferencia es decir que yo como candidato no encarno a ningún partido.

Todos sabemos que los partidos políticos están definidos en la ley y en la sabiduría popular. Con la ayuda de don Google miremos este concepto de Partido político: Cualquier asociación permanente de personas que comparten una misma ideología y que buscan participar en el poder político o conquistarlo, presentándose reiteradamente en los procesos electorales. éstos de “cuadros”, “masas” o “militantes”.

Aquí en esta definición nos encontramos con una diferencia abismal entre un candidato recogiendo firmas y un partido político. En la definición nos dice que es asociación de personas que comparten una ideología; aquí es un grupo de personas que dictan ideas, fijan la pauta en la orientación del partido y todos tienen la orientación de la colectividad. Por el contrario, el candidato que recoge firmas todo se hace bajo su orientación y la de su grupo asesor.

Como lo podemos ver siempre es mejor como colectividad pertenecer a una organización política en donde hay dirigentes de diferentes pensamientos y hay toda una organización. ¿No más pensemos después de lograr el candidato su postulación qué hace? La mayoría de las veces se suma a un grupo político y de verdad no entendemos dicho acto, porque el hecho de recoger firmas está diciendo que no está de acuerdo con las agrupaciones políticas. Aquí se configura el primer engaño a la colectividad.

No olvidemos que en un diccionario constitucional nos dice que: “Partidos políticos son agrupaciones de ciudadanos que aspiran a la conquista del poder para regir los destinos del país”.

Decidamos si seguimos de alcahuetas firmando o exigimos la constitución de partidos con filosofía y principios.

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