Opinion

AQUÍ PENSANDO

Por: Cristina Otálvaro Idárraga – Abogada; Conciliadora en Derecho; Especialista en Gestión Pública, en Derecho Constitucional y Parlamentario y Derecho de Familia; Magister en Políticas Públicas.

A lo largo de la vida hemos conocido a los amantes de la naturaleza y a quienes les gusta promover el cuidado y preservación de la misma. Anteriormente no se hacía tan necesario rotularlos, porque de alguna manera no existía tanta contaminación ni tanta forma de producción de químicos o actividades que dañaran el medio ambiente.

Actualmente, todos somos grandes contaminantes, unos más que otros, pero al final todos somos responsables del impacto negativo que recae sobre el medio ambiente. Sin embargo, de nosotros se destacan los ambientalistas que podríamos clasificar en extremistas y pasivos. A los primeros los podemos identificar con un ejemplo: algunos que se rasgan las vestiduras por la tala de un árbol que ya no tiene vida (está muerto por el paso de los años) y desconocen que su tala es necesaria porque puede ser un peligro para la población; y los segundos son aquellos que buscan crear algo de conciencia ciudadana sin llegar al señalamiento de que los demás somos los responsables del papel que se tira a la calle.

Algunos miembros de la sociedad del norte y del occidente de Caldas, donde podemos encontrar también gobernantes locales, vienen haciendo un esfuerzo grande para evitar que se comiencen a explotar sus territorios con ocasión de la minería. Aducen con cierta razón que estos territorios no han tenido esta vocación y sus planes de ordenamiento no contemplan este tipo de actividad.

De la situación que se presenta en el departamento, se ha podido encontrar que se han llevado a cabo algunos encuentros donde se ha permitido que la comunidad exprese su inconformidad, para lo cual también hay quejas ciudadanas en redes sociales de la falta de compromiso de la ciudadanía para que la movilización sea grande. Los alcaldes han hecho lo propio y han sentado su posición al respecto. Cursa una acción de tutela que al menos ha permitido que se suspendan las audiencias convocadas por la autoridad ambiental nacional.

No obstante lo anterior, y sin decir que se está de acuerdo con la minería irresponsable y que termina deteriorando todo a su alrededor, sin que se vean los beneficios directos de conservación de algunas zonas como humedales, bosques nativos, riachuelos, áreas de protección y de retiro, entre otras; debemos reconocer que todos, seamos más o menos ambientalistas, somos altamente contaminantes y esto no es solo porque no arrojemos basuras donde no se debe, esto es porque no sabemos separar los residuos reciclables de los que no lo son, nos demoramos 20 o 30 minutos en la ducha, no cerramos la llave al lavarnos los dientes o lavar los platos, sacamos las basuras en un horario distinto al de la recogida, no recogemos las heces de las mascotas, utilizamos aerosoles para pintar murales y otras tantas prácticas.

La invitación es a que no solo luchemos por las malas prácticas de las grandes industrias que deterioran el medio ambiente, sino que luchemos también en contra de nuestras prácticas que así las veamos ocasionales o que se realizan de manera inconsciente, poco a poco dañan nuestro entorno. El planeta es solo uno y nosotros somos muchos para cuidarlo. 

Lo más visto

Subir