EDITORIAL
En la medida que se acerca la campaña electoral, algunas organizaciones políticas acuden a varias artimañas para tratar de sacar ventajas. La competencia desleal, la manipulación, las demandas y prácticas reprochables como la mentira, los memes y la calumnia, empiezan a hacer carrera.
En otros casos, seguidores de candidatos o militantes políticos, aprovechando la masificación de las redes sociales, han creado páginas para realizar sondeos de opinión, generalmente sobre preferencias de candidatos o evaluación de mandatarios y exmandatarios. En Caldas ya se tienen seis. A estas es a las que nos referiremos en este Editorial.
Muchos acudimos a votar en los sondeos de opinión convocados por estas páginas en Instagram sin percatarnos de las malévolas intenciones que se esconden tras de ellas en algunos casos.
La constante es que son páginas anónimas, no aparece el responsable de su creación o administración ni un número telefónico en el que respondan. Algunas veces contestan a los mensajes del msn sin identificarse.
Sin embargo, lo más grave es que en algunos casos los administradores de estas páginas utilizan la información para diversos menesteres, entre ellos sacar algún provecho. Han llegado al extremo de revelar a personas interesadas, la forma como votaron quienes participaron en determinado sondeo de opinión. Esto es aberrante y perverso, además de irresponsable por las consecuencias que estas indiscreciones puedan traer.
Hace tres semanas fuimos testigos del enfrentamiento entre dos de estas páginas que se acusaban mutuamente de obedecer a intereses políticos y terminaron revelando el nombre de supuestos administradores o responsables de ellas.
En otro sondeo de opinión se acusó a una alta funcionaria pública de comprar un paquete de apoyos a su nombre en la encuesta en la que fue incluida. La semana siguiente en otro escenario hubo acusaciones de participación de perfiles falsos para favorecer a un candidato.
En otras oportunidades, las personas a quienes quieren favorecer en sondeos de opinión son alertados con anterioridad para que puedan preparar a sus seguidores y participar masivamente.
En síntesis, estas páginas de sondeos de opinión lo mínimo que deberían de hacer es dar a conocer quién o quiénes son sus responsables o administradores, publicar un número telefónico en el cual se pueda verificar, adelantar su labor objetivamente, publicar los resultados con el número de participantes y guardar la discreción debida.
Aunque la verdadera encuesta es el día de elecciones, estos sondeos de opinión manejados inescrupulosamente pueden confundir a la opinión pública y de no colocarle seriedad al manejo de estas páginas, cada candidato u organización política terminará implementando la propia para manipular a la débil opinión pública.
Manizales, 04 julio 2021.
@tintiando
