Opinion

“SECRETO DE DOS LO SABE DIOS Y SECRETO DE TRES YA NI SECRETO ES”

Por: José Oscar González Hernández. Se desempeñó como alcalde de Pensilvania, Diputado a la Asamblea de Caldas, Personero de Manizales.

Llevamos más de 40 días en lo que se ha dado por llamar “paro nacional” y hasta este momento nada que los negociadores y el gobierno se sientan a negociar a llegar a un acuerdo por el bien de sus bases y los otros, los del gobierno, por el bien del país.

No sólo estamos en una pandemia que sabíamos de ella por los libros de historia, sino que en estos momentos estamos en uno de los picos más altos que hayamos tenido de contagios, y el número de muertos cada día crecen y nos anticipan los epidemiólogos que en el punto más alto de la cresta estaremos con cerca de mil muertos diarios, esto sin tener en cuenta que las camas Ucis están copadas en gran parte del país. Sin ser experto en pandemias me atrevo a pensar que todo esto se debe en  gran parte a las marchas de la protesta social.

Como han cambiado los tiempos. En antaño para poder hacer una marcha había que pedir permiso ante la autoridad y esperar que fuera autorizada; si este permiso se negaba, no existía la protesta y punto. Hoy todos los partidos alternativos, o mejor socialistas y otras ideologías se ufanan que la protesta está contemplada en la constitución y ni siquiera se pide permiso. Por lo  anterior no es raro escuchar declaraciones de funcionarios casi plegados diciendo que ellos apoyan la protesta social. Otro punto que me queda para despejar es el tema de la policía.

En el pliego de condiciones se pide acabar con el esmad, y además reglamentar la presencia de la policía. Le da a uno tristeza grande cuando escucha que los generales de la policía regañan e investigan y sancionan a sus subordinados por hacer respetar la ley, y los de la marcha claman que porque les están atropellando los derechos humanos. Que cruel dilema de los policías. Si dejan que la ley se la pongan de ruana los marchantes los sancionan sus superiores y si cumplen con las órdenes y la ley los enjuician los jueces.

En medio de esta pandemia hay que tener en cuenta la soledad del gobierno nacional, tanto de sus copartidarios del centro democrático, como de todos los partidos políticos que lo han  abandonado y a agréguele su aislamiento por los países vecinos por su pésima política internacional. La andanada internacional por los amigos de los promotores del paro ante las ONGs de derechos humanos hizo recibir a la Comisión Internacional de los Derechos Humanos y muchos dudamos de la imparcialidad de esas organizaciones y podemos esperar una sindicación al país como no protector de los derechos humanos.

Muchos sindican al presidente de no querer sentarse a dialogar para beneficiar a su partido, yo me resisto a creer en esta bajeza, pero habrá que recordar el dicho de los mayores con respecto a las brujas: ¡que las hay, las hay!.

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