Opinion

“YO SOY CORCHO, A MI NADIE ME HUNDE” Dicho popular

Por: José Oscar González Hernández. Se desempeñó como alcalde de Pensilvania, Diputado a la Asamblea de Caldas, Personero de Manizales.

A los señores del paro y al señor Presidente hay que recordarles que no hay plazo que no se cumpla; porque le da a uno tristeza muy grande al ver a los dos sectores haciéndose los bobos para de sentarse a negociar, no a hablar, el pliego de peticiones. El sábado por la noche nos dicen que el jueves se sentarían. Esto me parece inaudito que todo lo que está viviendo la sociedad colombiana, la urgencia de que los cierres de las carreteras acaben y que el desabastecimiento de víveres se reactive de inmediato y damos largas para iniciar negociaciones.

No sabemos si será estrategia del gobierno Duque o ha sido impulsado por las circunstancias del momento y está tomando muy deportivamente el paro. Me da un poco de tristeza como todos los funcionarios estatales se les llena la boca de agua diciendo a voz en cuello que respaldan y apoya la protesta social por ser un derecho constitucional. Hasta ahí todo va muy bien. Pero que les dirá la constitución a esos mismos funcionarios sobre el derecho a libre locomoción, el derecho a la vida, el derecho a la salud y en fin tantos derechos que se han visto afectados. Si los que protestan tienen un derecho constitucional, los ciudadanos del común también tenemos derechos y esos retenes y bloqueos van en contra de la ley y hasta el momento no he escuchado a nadie del gobierno decir que están atentando contra la comunidad.

Ahora lo importante ya que después de mucha espera y sin mucho afán se abrieron las negociaciones, el gobierno le va a tocar lidiar con tres escenarios. El primero dejar que todo siga pasando, manifestaciones, desmanes, atropellos y dejar que el tiempo pase hasta que la misma inercia de la vida los calme. El segundo escenario es reprimir las revueltas a sangre y fuego. Desatar toda la fuerza estatal y asumir las consecuencias de toda esa fuerza bruta desplegada. El tercer escenario es sentarse a negociar, no a hablar, con todos los inconformes de este país y entre todos iniciar una restructuración social y económica de nuestro país en medio de esta pandemia.

Como podemos observar para cualquier persona sensata la mejor solución es la tercera. Muchos coincidimos que en nuestra patria hay muchas desigualdades, hay injusticias y concentraciones indebidas de poder y dinero en ciertos sectores. Creo que llegó el momento de iniciar esas transformaciones que tanto se han esperado. Tenga la seguridad señor presidente que si usted propicia dichos cambios pasará a la historia como el generador del cambio y ahí si lo podemos pregonar como un apóstol de la paz. ¡Señor Presidente!: hasta este momento su gobierno ha sido gris, toma aliento e impúlsese y corónese de gloria y se lo agradeceremos eternamente.

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