Por: Alejandro Loaiza Salazar – Enlace Congreso de la República. Oriundo de Samaná, con estudios en Gobierno y Relaciones Internacionales de la Universidad Externado de Colombia. Por: Alejandro Loaiza Salazar – Enlace Congreso de la República. Oriundo de Samaná, con estudios en Gobierno y Relaciones Internacionales de la Universidad Externado de Colombia.
Esta semana radico el gobierno de Duque la tan anunciada y esperada Reforma tributaria que esperara recoger según el gobierno más de 20 billones de pesos, con los cuales y con base en las explicaciones del ministro Carrasquilla, buscara no solo disminuir la posibilidad de que las calificadoras de riesgo internacionales generen una baja nota de la economía nacional, sino darle soporte a los programas surgidos en medio de la pandemia, así como solventar también la renta universal para las clases más bajas, lo que no menciono, es que todo ello, sin desmontar exenciones, beneficios y trato preferencial al gran capital.
Sin embargo, y ya conocido el texto radicado, de lejos es una reforma no solo regresiva, sino que atenta contra la clase media del país, contra los pequeños y medianos contratistas, contra la clase emergente, y en general amplia más la brecha entre ricos y pobres, pues allana el camino para debilitar aún más los estratos 3, 4 y 5.
Hacer una crítica argumentada y técnica no será nuestra tarea, para ello numerosos expertos y columnistas de calado lo harán en diferentes medios.
Lo que si podremos decir, es que con seguridad, y con base en los antecedentes, este proyecto presentado, de lejos no será el que saldrá aprobado del congreso, sin embargo, y aun cuando fuera solo el 50% de lo radicado, bastará para darnos a la clase media un devastador golpe.
Pareciese, ojalá así fuera, que este proyecto tendrá todas las miradas mediáticas, auscultando su desarrollo y aprobación, su trámite en la Cámara de Representantes y el Senado, lo cual podrá ser favorable para la ciudadanía, ante un claro objetivo de este gobierno por favorecer a la banca y a los multimillonarios industriales, a costa de la gran mayoría de los colombianos.
Pocas veces ha existido en el trámite de un Proyecto de este tipo, la percepción de que esta la atención de un amplio sector de la ciudadanía. Quienes seguimos la coyuntura política creemos que todos la siguen, que todos leen editoriales y opiniones sobre el tema, cuando realmente, somos un pequeño porcentaje quienes nos detenemos a tratar de entender lo que pasa en el país político, sin embargo, en esta ocasión hay una sensación diferente, hoy la ciudadanía quiere saber qué es lo que va a pasar con sus bolsillos, y “eso” llamado reforma tributaria, como los afectara.
Este proyecto, aprobado o no, tendrá profundas consecuencias económicas y políticas, podrá ser la sentencia de las próximas elecciones, tanto para congreso como para presidencia. Y para ello deberá entonces hacerse un ejercicio juicioso de cómo tanto congresistas, como candidatos al congreso opinaran respecto de este tema.
Los cinco representantes, los dos senadores y los restantes candidatos y precandidatos de Caldas, deberán hacer pública su intención de voto, y su opinión respecto de este proyecto. Pero las consecuencias de sus votos y opiniones deberán ir más allá de un simple “Poster” que sea viral en redes, y en el cual se enuncie su posición.
Esta reforma no solo es peligrosa, sino que esta desconectada con la realidad nacional, y podría ser la gota que rebosa la copa, para el cansado y maltratado pueblo colombiano. Podría ser tal vez la sentencia que empujara por fin a votar a conciencia, entendiendo que esos que dicen representar al pueblo, no son más que marionetas y títeres de intereses que ni siquiera comprenden.
Es el Colmo que funcionarios con millonarios sueldos tengan derecho a planes de celular, camionetas, gastos de representación y un amplio número de beneficios, a ellos no les alcanza, pero al ciudadano de a pie si le debe alcanzar para pagar la genialidad tributaria salida de un gobierno incomprensible y que solo legisla para los más ricos.
Será que nuestros congresistas podrán renunciar a esos beneficios, o será que no les alcanza los más de 30 millones que ganan, será que ellos no tendrán su propio vehículo para transitar, será que no podrán pagar 100 mil pesos de un plan ilimitado de celular; miserables todos los que abusan de esta herida nación llamada Colombia.
NO A LA TRIBUTARIA DE DUQUE.
