Por: J. F. Paz – Exmagistrado / Consultor. – Presidente Tribunal de Control Ético del partido liberal colombiano.
Menos impuestos, más salario mínimo legal, para un país solidario, fue el slogan o frase de campaña del actual presidente, con amplias y atractivísimas vallas de publicidad a lo largo y ancho del territorio nacional, refrendado con la efigie del movimiento político que avalaba su candidatura, MANO FIRME CORAZÓN GRANDE.
Ver para creer, todavía resuenan esas frases que le sirvieron para encantar a un ingenuo electorado que lo veían como una esperanza ante el caos electoral, político y social por el que se atravesaba, un país convulsionado por la polarización ante el proceso de paz, como su promesa de priorizar las consideraciones técnicas sobre las políticas al momento de seleccionar a los miembros de su gabinete, con resultados negativos al hacerse evidente que muchos de su colaboradores ni eran técnicos y menos aun preparados para las tareas de gobierno cuyos designaciones obedecían a compromisos políticos, sin considerar la nómina del exterior copada por militantes de la corriente política afín al sistema de gobierno, aunque se vulnerara los principios de la carrera diplomática.
La reforma tributaria que se anuncia debe tener desconcertados a la mayoría de los colombianos por la creación de nuevos impuestos, acrecentando los existentes, un impuesto al patrimonio de forma permanente lesivo para atraer nuevos capitales, el aumento del IVA, la ampliación de la base tributaria, el impuesto a las pensiones a pesar de existir prohibición constitucional, cargas tributarias que afectarían a la clase media, nos hace pensar que en el actual gobierno que tiene el sol a las espaldas se está concentrando sin pensarlo la jefatura de debate para que la próxima elección presidencial la gane la oposición independientemente de quien sea el candidato. Reforma fiscalista y alcabalera decía el entonces senador IVAN DUQUE a la reforma que presentaba el gobierno de SANTOS, valdría la pena conocer cómo llamará a la que presenta como jefe del ejecutivo.
Sirvan las apreciaciones anteriores para preguntarnos, ¿por qué mienten los políticos y por qué les creen los electores?, para concluir que entre las claves de la mentira del político Y DEL GOBERNANTE, está una gran verdad, donde la mentira rinde, da dividendos, mientras la veracidad en política es la gran aguafiestas.
Recuerdo como en España se propuso considerar la mentira parlamentaria como un delito grave, a lo que se respondió, que de ser así, el parlamento se quedaba vacío.
ADENDA 1.- CONDENA A UN CORRUPTO. 19 años para quien ultrajó la dignidad judicial, quien encabezó un cartel de corrupción, sentencia como autor y coautor de varios delitos cometidos buscando beneficios personales aunque se mancillara la probidad y el decoro profesional, máxime cuando se ostentó la representación como cabeza de la jurisdicción ordinaria.
Que esa no sea la única condena, que se sancione a sus socios, otros exmagistrados que no pueden pasar de agache, como mensaje positivo a una sociedad que ha perdido la confianza en sus instituciones de justicia. Un busto a esa recuperación institucional, frente al BUSTO que ofendió la respetabilidad que en otrora tuvo la toga.
2.– Bogotá un caos en materia de seguridad, desgobierno total, la nación en espera se deje de tantas promesas, palabrería insulsa y se avance en la vacunación. Las restricciones, como las cuarentenas hacen parte del manual de los gobiernos totalitarios.
Esta columna por motivo vacacional reaparecerá el 13 de abril. Felices pascuas.
Recomendado para usted
