Opinion

LA MALA SUERTE DE BUENAVENTURA

José Ferney Paz Quintero

Por: J. F. Paz – Exmagistrado / Consultor. – Presidente Tribunal de Control Ético del partido liberal colombiano.

No hay duda alguna, el primer puerto sobre el pacífico sufre las consecuencias de la ausencia o ineficiencia de un Estado indolente, su falta de presencia permanente en esta región como en una gran parte del territorio nacional, regiones abandonadas a su suerte, hacen que sectores de la población busquen acogerse a la protección de toda clase de poderes extralegales, grupos de presión, gamonales de pueblo, organizaciones al margen de la ley ( muchas veces en convivencia con agentes del orden), que solo persiguen defender intereses o privilegios de grupos, eliminando a quienes consideran obstáculos para sus ilícitos negocios.

Era un secreto a voces que la pesadilla por la que atraviesan los habitantes del puerto tiene su origen en el fortalecimiento de bandas organizadas que se disputan rutas del narcotráfico, el expendio de alucinógenos que viene permeando todas las capas sociales, agregándose como un nuevo factor de violencia, por demás aterrador, las casas de “pique” prácticas que parecían del pasado o de algún macabro guion del celuloide.

Independientemente de la militarización, que debe ser transitoria, esa población debe ser tratada con políticas de mejoramiento social, educativas, salubridad, obras de infraestructura vial, como la famosa carretera al mar (Buga- Loboguerrero) cuatro décadas sin terminarse en debida forma, así como garantizarles la seguridad urbana como rural.

Un propósito de Estado, desmontar pieza por pieza, esa urdimbre de poder sucio, ilegitimo y oprobioso que tiene esclavizada la población y lo seguirá haciendo sino se aplica el rigor de la ley. Para obtener lo anterior, solo se requiere voluntad política.

Resulta paradójico, que siendo el primer puerto sobre el pacífico, que le genera al fisco nacional ingresos millonarios, se le retorne menos de un 5% de lo aportado y solo visitado por la alta burocracia estatal en momentos de crisis, para la foto de portada, o para hacer anuncios mediáticos de compromisos que nunca se cumplirán.

ADENDA: Vuelve y juega. Reforma tributaria en época de crisis sanitaria, de afugias económicas, de corrupción rampante a nivel central como de los entes territoriales, nóminas paralelas, nos sale ahora el gobierno con la tesis de una reforma, contradiciendo lo dicho a finales del año pasado, en el encuentro virtual con representantes de la Red Iberoamericana de prensa económica en agosto 4 del 2020.

Transcribo lo dicho por quien dice ser el jefe de Estado: “En medio de una pandemia que está generando estos efectos, pues a quien se le va a cobrar más impuestos ¿a la micro, pequeña, mediana y gran empresa, para asfixiarla? ¿Qué se quiebren, empleos menos y detonen un mayor desempleo? ¿Absurdo?

“Hacer una reforma tributaria en este momento en que tenemos la pandemia… es suicida”. Ver para creer, cuando se gobierna a través de la falacia.

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