Opinion

MOMENTOS DE GRANDEZA

Por: Juana Carolina Londoño – Abogada especialista en derecho comercial y legislación financiera y gerencia de entidades territoriales.  Trabajó como asesora jurídica del Instituto de Seguros Sociales, Central de Inversiones S. A., concejal de Manizales, representante a la Cámara, presidente de Fiducoldex y actualmente empresaria: Londoño Asociados.

Empieza el nuevo año y en medio de las dificultades económicas y sociales que se vislumbran claramente como consecuencia de la pandemia, comienzan, también, a verse amagos de tormenta en materia política. Este año es preámbulo electoral y seguramente veremos cómo la herencia nefasta de la crisis sanitaria será aprovechada por distintas tendencias que trataran de cabalgar sobre la frustración social del desempleo, la inseguridad, la pobreza y el malestar que seguramente se tomará las calles de las principales ciudades del país. Este clima, que necesita de una institucionalidad fuerte y coordinada para enfrentar los enormes desafíos que vivimos, esta, sin embargo, propiciando que algunos propongan más inestabilidad para afrontar la inestabilidad que ya tenemos. Sorprende que algunas ciudades importantes como Bogotá, Medellín, Cali, Cartagena y la misma Manizales se este proponiendo impulsar revocatorias del mandato que seguramente traerán más incertidumbre y distraerán a los gobernantes de tareas más importantes como la reactivación económica, la generación de empleo, la lucha contra el hambre y la creciente inseguridad que empieza a tomarse las calles de nuestras ciudades.

El primer año de gobierno de los mandatarios actuales ha sido un año lleno de acontecimientos que no se habían vivido ni en nuestro país ni en el mundo desde hace muchos años. Este año los mandatarios tuvieron que encerrar a sus poblaciones, ver como alimentaban a los sectores más vulnerables, fortalecer sobre la marcha servicios de salud endebles y mal surtidos, ver como implementaban procesos educativos a la distancia, administrar la disciplina social, cuidar sectores sensibles al virus, y como si esto fuera poco, tratar de sentar los cimientos de la futura reactivación económica. Ha sido un año intenso y lleno de aprendizajes tantos de gobernantes como gobernados.

Ahora viene lo más difícil que es tratar de encender la economía para que se ponga en marcha de la mejor forma posible. Ese debería ser el propósito de todos. No es el momento de espantar inversión con mensajes de inestabilidad política. Necesitamos autoridades empoderadas que puedan tomar las decisiones que necesitamos para empezar a salir de esta pesadilla que vivimos. Hay que tener prioridades y la prioridad hoy es mover la economía y generar ingresos para esas miles y miles de familias que abordan el 2021 con miedo, desesperanza e incertidumbre. Es el momento de la responsabilidad y no del oportunismo.

No importa la tendencia política del gobernante de turno, es el momento de pensar en grande y sin mezquindades. Ya perdimos el 2020, no podemos dejar que el 2021 se pierda también por estar sumergidos en pequeñas disputas para alimentar intereses microscópicos. Es el momento de la grandeza. El país y nuestras regiones lo necesitan. Es lo que hay que hacer. Esta coyuntura nos servirá para ver la estatura de nuestros líderes, ojalá no estemos rodeados de pigmeos.

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