Por: José Oscar González Hernández. Se desempeñó como alcalde de Pensilvania, Diputado a la Asamblea de Caldas, Personero de Manizales.
En estos últimos días del mes de diciembre del presente año al presidente Duque le llovieron rayos y centellas porque en uso de sus obligaciones legales les subió el sueldo a los congresistas en un 5.12% lo que les representa a ellos un aumento de $1’676.000 mensual y esto es con retroactividad al primero de enero de 2020.
Al expedir el Decreto 1779 con el aumento se generó toda una tormenta en las redes; y con este actuar nos ratifica que el señor presidente está muy mal asesorado. Expedir el decreto debió hacerlo hace mucho tiempo y no sabemos cuál fue la razón para demorarse casi un año para promulgarlo y venir a hacerlo ad-portas de decretar el aumento del salario mínimo a los trabajadores y dicho aumento se vio como algo pírrico de más o menos mil pesos diarios, lo que trajo el rechazo y la comparación de los dos aumentos.
Pero la historia de dicho aumento es más o menos la siguiente: el artículo 187 de la Constitución Nacional le ordena al presidente que la asignación de los miembros del congreso se reajustará cada año en proporción igual al promedio ponderado de los cambios ocurridos en la remuneración de los servidores de la administración central, según certificación de la Contraloría General de la República; es decir, esto es una orden y con la certificación en la mano lo único que le queda al ejecutivo es cumplir.
Lo anterior es la parte buena del cuento, pero es indudable que desde la presidencia debieron hacer un lobby con los congresistas o con los partidos políticos con representación parlamentaria o buscar otras alternativas. Pero no, escogieron la línea más fácil y salirse por la tangente.
Eso de decir que en el parlamento no han querido aprobar una congelación de salario o buscar otra forma de remuneración a los congresistas no es de buen recibo. Sólo esperamos que todos los parlamentarios y grupos que no estuvieron de acuerdo con dicho aumento lo donen a una ONG, o que hagan cualquier caridad, menos que se lo embolsillen; eso sería muy mal visto.
Al Departamento de Caldas siempre le hace falta un padrino ante el gobierno central. Los trancones en la vía de Manizales al Magdalena Medio y al Oriente de Caldas el 30 de diciembre fue un caos. Trancones interminables y esto se debe que el 30, Y 31de diciembre, y 1, 2 y 3 de enero se suspendió el tráfico de carga por la Línea y fue desviado todo por Letras. Que rico para los amigos del Quindío y Valle, que tristeza para nuestros ciudadanos Caldenses, cómo nos atropellan y nadie dice esta boca es mía.
CODA: No sé si esta columna sale antes o después de fin de año, pero de todas maneras a nuestros lectores y amigos les deseo un feliz año, que enterremos este año 2020 tan triste y duro que hemos vivido. La esperanza y el optimismo en el futuro. S A L U D.
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