Opinion

RENDICIÓN DE CUENTAS

EDITORIAL

Recibimos por estos días cantidad de invitaciones a rendición de cuentas de diferentes entidades públicas. Espectáculos insulsos que poca atención le generan a la opinión pública y en los cuales sus organizadores se ven en aprietos para llenar los auditorios, por lo que les toca llevar a sus mismos funcionarios, quienes con lógica razón, los aplauden.

Estas rendiciones de cuentas son una bobada y son excusa perfecta para gastar recursos públicos en logística, y raspar la olla de fin de año. Ninguno de los que hacen rendición, son honestos y dicen la verdad de sus administraciones. Todos sobredimensionan sus logros haciendo aparecer el cumplimiento de sus metas aunque la realidad diga otra cosa.

La metodología de la rendición de cuentas de entidades públicas debe cambiarse. Sería interesante la constitución de veedurías ciudadanas o grupos de ciudadanos quienes previamente hayan evaluado el desempeño de las entidades, y estos espacios los utilicen para preguntar sobre el incumplimiento de sus metas o el retraso de ellas.

Actualmente el esquema de rendición de cuentas contempla una sección de preguntas y respuestas que generalmente es la última, cuando ya ha transcurrido más de una hora de un espectáculo soso y monótono y el auditorio o quienes siguen las transmisiones ya están cansados o perdido la atención.

Sería interesante que los organismos de control previa a la rendición de cuentas, presentaran un informe sobre la respectiva entidad.

Mientras no se cambie la metodología de la rendición de cuentas, no se cumplirá con el objetivo para el cual fue creadas por el artículo 50 de la Ley 1757 y solo servirán para que el gobernante, gerente o director se haga publicidad con dineros públicos.

Pensilvania, 27 diciembre 2020.

Campaña Institucional Gobernación de Caldas

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