Opinion

Necesitamos nuevos liderazgos

Por: Alejandro Loaiza Salazar – Enlace Congreso de la República. Oriundo de Samaná, con estudios en Gobierno y Relaciones Internacionales de la Universidad Externado de Colombia. Por: Alejandro Loaiza Salazar – Enlace Congreso de la República. Oriundo de Samaná, con estudios en Gobierno y Relaciones Internacionales de la Universidad Externado de Colombia.

Evidentemente, de todas las estructuras políticas en el departamento dos son claramente las más poderosas, el partido liberal y su alianza Castaño-Octavio, y el lizcanismo.

Pero el que sean las más poderosas no las hace las mejores, y aun cuando así fueran, la democracia se nutre de la pluralidad política, la diversidad de ideas y la amplia gama de priorización de necesidades. Las necesidades por suplir del Lizcanismo no son las mismas que las de Octavio o Castaño, y reunidas todas ellas, tampoco cubren todo el espectro de necesidades y priorizaciones que requiere Caldas.

El resto de fuerzas aún no han logrado el eco y la resonancia departamental que permita hablar de verdadero poder regional.

Hasta hace un par de décadas, el departamento venía siendo administrado prácticamente por dos corrientes políticas que repartían su burocracia, y si no se compartía alguno de los dos criterios políticos, no había cabida para la supervivencia electoral, solo hasta que hubo conciencia de la necesidad de cimentar algo más de pluralidad, y que no solamente eran esas dos corrientes las dueñas de las soluciones, el departamento logro una apertura política, y dialéctica necesaria para abrir nuevos escenarios de liderazgo y gerencia.

Un ejemplo de ello es el oriente del departamento, en donde solo hasta hace pocos años las vías principales para el acceso a municipios como Marquetalia, o Samaná fueron completamente pavimentadas, lo anterior porque nunca habían sido priorizadas por alguna de las dos corrientes políticas. Como este ejemplo abundan en Caldas muchos otras más.

En política nadie es tan enemigo como para no sentarse en la mesa a lograr acuerdos, ni nadie es tan amigo que es invulnerable a la traición.

Nada garantiza que en Caldas estemos lejos de un nuevo acuerdo bipartidista de cara a copar los espacios de gerencia pública.

La ausencia de nuevos liderazgos fuertes, capaces de hacer contrapeso y gestiones de envergadura regional, preocupa de cara al futuro del departamento, quien afanoso por evitar nuevamente la repartija, vote en favor de gobiernos populistas e inexpertos, los cuales y al parecer solo tienen capacidad de colgar videos bien editados en las redes sociales, dando anuncios vacíos e insípidos.

Caldas requiere de espacios políticos que apoyen la diferencia, el pensar distinto, requiere de liderazgos proactivos y lejos de acuerdos meramente transaccionales.

Da tristeza como algunos abanderados de las juventudes y del cambio, son solo títeres e idiotas útiles de las viejas escuelas políticas, amantes de las clásicas y egoístas prácticas que tienen al colombiano cansado de la política.

El departamento requiere de líderes que piensen distinto, que cuestionen por ejemplo  si realmente lo que necesitamos son inversiones como Aerocafé o Miel II, o que se puedan sentar con un gobierno no simplemente a evaluar que cuotas serán entregadas a cambio de apoyos a las iniciativas legislativas priorizadas por Palacio, se requieren personas que puedan hacer debates profundos, y que inviten a pensar y revaluar el papel que tenemos como ciudadanos.

Twitter: @AlejandroLSFD

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