Opinion

Político o Filántropo

Por: Alejandro Loaiza Salazar – Enlace Congreso de la República. Oriundo de Samaná, con estudios en Gobierno y Relaciones Internacionales de la Universidad Externado de Colombia. Por: Alejandro Loaiza Salazar – Enlace Congreso de la República. Oriundo de Samaná, con estudios en Gobierno y Relaciones Internacionales de la Universidad Externado de Colombia.

Cuantos a estas alturas tratan de posar como filántropos y adalides de las buenas causas a favor de las comunidades, cuando su interés es claramente electoral; mientras que otros que tienen la obligación de informar sus actividades o gestiones, justifican su inoperancia con lo que para ellos es el “Trabajo silencioso”.

Ni un político hace trabajo silencioso, ni un filántropo va publicando lo que hace.

Pero ya que no iniciamos por donde debíamos, recordemos entonces la definición de ambas palabras. Filántropo es aquel o aquella persona “que se distingue por el amor a sus semejantes y por sus obras en bien de la comunidad” así por lo menos lo define la RAE, mientras que el político entre muchas definiciones es alguien que “rige o aspira a regir los asuntos públicos”, necesariamente excluyendo a una porción de la sociedad, pues el político en la mayoría de los casos se ubica en un espectro ideológico o de conveniencia, que lo opone a sus contradictores, de lo contrario, los partidos políticos, piedra angular de nuestra democracia, no tendrían razón de ser pues todos tendríamos la misma visión de Estado y Gobierno.

En síntesis, el filántropo es aquel que sin subjetividades y entendiendo las necesidades de sus congéneres, trata de hacer el bien y ayudar a los demás sin buscar nada diferente a favorecer las condiciones de la sociedad, incluso el filántropo muchas veces hace un trabajo silencioso, casi anónimo, pues el reconocimiento hace parte de el interés personal del cual se quiere alejar con sus buenas acciones (es increíble pero no busca ni un voto).

Solo el filántropo puede hablar de trabajo silencioso, es risible por no utilizar otra palabra, escuchar a un político hablar de que su “trabajo es silencioso”, nada más distante del egocentrismo de nuestros líderes para saber que si algo buscan es reconocimiento y figuración, un político que se atreva a decir que su trabajo es silencioso, no es otra cosa que un charlatán incapaz de mostrar lo que por obligación, lo que por ley son sus actividades, sus informes de gestión, pues en nuestro mundo, un hombre o mujer que busque los votos necesarios para aspirar a un cargo de elección pública, debe por lo menos tener como carta de presentación algún trabajo de base que le permita diferenciarse del resto.

Cuantos desde ahora, sin asomo de vergüenza, tratan de sembrar en la comunidad la idea de que sus obras y gestiones hacen parte de su amor por la humanidad, para luego tratar de cobrar dichas ayudas con el esperado voto, pocos son los capaces y no vergonzantes políticos, que no ocultan cuando su trabajo busca un rédito electoral.

La política no debe ser una actividad vergonzante, o se es político y claramente se le debe decir a la comunidad las pretensiones de cara a formar y estructurar un proyecto electoral, o simplemente se da un paso al lado; pues hoy más que antes, vemos como esos “Outsiders” de la política, esos que alguna vez dijeron no tener nada que ver con las prácticas tradicionales de ejercer el poder, no son tan diferentes a los viejos caciques, y en muchos casos, encarnan inclusive  lo peor de este ya tenebroso y escabroso mundo.

Twitter: @AlejandroLSFD

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