Opinion

¡Por sus frutos los conoceréis!

Por: Mario Arias Gómez.

La juez 30 de garantías remitió el caso del intocable a la CSJ, para que defina bajo qué ley se desarrolla el proceso contra el polichinela del Ubérrimo, que lo tiene bajo un depresivo “encierro de oro”, por “presunto fraude procesal y soborno a testigos”’; causa adelantada en medio de un deplorable, populachero sicariato mediático, de mendaces, emponzoñados improperios, por atreverse a tocar al innombrable semidiós.

Aspaviento rebobinado por el genuflexo, lisonjero, obnubilado títere-presidente que, ni siquiera sabe dónde está parado, ni para dónde va, al que le caería bien confinar la soberbia con una dosis de humildad democrática, que evite su aborregada, insufrible cantaleta: “Uribe es incapaz de obstaculizar la justicia, …fraguar, urdir, manipular, ocultar pruebas, evidencias”.

Con la recursiva renuncia se forzó el traslado del expediente a la Fiscalía (de bolsillo), en pos de la suplicada revocatoria de la medida cautelar -pan comido-, presionada por la patulea de adictos y defensores de oficio, que pregonan la inmunidad perpetua; mandatario impugnado por incesantes sectores ciudadanos y el Tribunal Administrativo de Cundinamarca, que tuteló el “respeto al principio de separación de poderes”, recordándole que como símbolo de la ‘unidad nacional’ -jefe de Gobierno-, le obliga “abstenerse de expresar opiniones que desconozcan la autonomía e independencia judicial”; flagrante extralimitación materializada  con el melindroso, publicitado apoyo brindado.

Cipayo -sin ápice de independencia, dignidad, vergüenza- que anda “p’atrás” como el cangrejo; adoctrinado para maniobrar el poder inconmensurable que implica operar los hilos y parafernalia del poder que implicó convertir las ÏAS en sus apéndices: A la Fiscalía -‘investigador’ del amo-, llevó al cuasi-hermano; a la Procuraduría, Defensoría, trasladó dos incondicionales.

Panoplia que con la elección del inefable buhonero de los ‘bonos de agua’, Alberto Carrasquilla, en Ban-República, quedará completa, aunque hará añicos su independencia. ‘Los negocios al poder’. Desafueros del espectral, macabro Frankenstein, creado por el inexpugnable titiritero, rebautizado: “presidente eterno”, “el gran colombiano”, “salvador de la patria”, que difuminarán el Estado de derecho, fundamento medular de la pérdida de credibilidad, confianza.

Juguete roto del precitado esquizoide, llamado a esclarecer su presunta, luctuosa, silenciada vinculación con las execrables masacres: El Aro, San Roque, la Granja; asesinato del defensor de DH -Jesús María Valle-; delitos de lesa humanidad, con cargo al caradura, tan indiferente ante el dolor de los familiares que repudian sus fechorías, como anfitrión de sus verdugos, ‘Job’ y representantes de ´don Berna´ en la deshonrada ‘Casa de Nari’.

Duque sabe -en su intimidad- que, por arte de birlibirloque, sin merecimientos, mediante traicionera patraña, inspirada por el mandamás, ejecutada por la caterva de compinches, desbancaron de su primogenitura -vía el atajo- a Óscar Iván, convirtiéndose de hecho en virtual guardián de la heredad; felonía que junto al ‘personaje’, la historia registrará como el enajenado crápula que gambeteó, pisoteó a sus anchas, la Constitución, la ley, como al copartidario; transitorio poder fáctico, regido por engañosas pajas mentales:

El que la hace la paga”; “los corruptos serán investigados hasta las últimas consecuencias”; “la justicia los perseguirásean quienes sean-“,caiga quien caiga”; “les arrebatará hasta el último peso”; “sin casa por cárcel, ni reducción de penas”; “sí o sí, estarán en prisiones con barrotes”; “serán desenterrados, estén donde estén”; “recibirán castigos ejemplares”; “jamás consentiré que capturado un corrupto que se ha robado cualquier cantidad de plata, entregue una minucia y salga a disfrutar de sus caudales mal habidos”.

‘Palabras, palabras, palabras… tan solo palabras’ del deslenguado zombi, cuya premisa: ‘Para los amigos todo, para los enemigos la ley’. Dureza para los que nada tienen, empalagosas contemplaciones para los potentados, plagiada al frívolo, insignificante, mediocre gobierno de Andrés Pastrana, el gobernante más calamitoso, estéril, siniestro del último medio siglo, aliado político de Duque que lo superó con creces.

“El destino, esa fuerza misteriosa, sobrenatural, externa” -de la que habló Schopenhauer-, lleva al individuo al cielo o al infierno, sin que ni siquiera los dioses puedan cambiarlo, como pensaban los griegos. Obscuridad que, con sus obsesivos, odios, continuarán a pesar de la suicida absolución impartida por su ‘Ángel Custodio’; impensado, irracional harakiri cometido, sin que la justicia interna se pronunciase, abriendo la puerta a la expectante, vigilante justicia internacional, presta a suplirla.

«El hombre atraviesa el presente con los ojos vendados. Sólo puede intuir o adivinar lo que en verdad está viviendo. Y después, cuando le quitan la venda de los ojos, puede mirar al pasado y comprobar qué es lo que ha vivido y cuál era su significado«, escribió Milan Kundera.

Bogotá, D. C. 23 de septiembre de 2020

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