Opinion

! Mea culpa!

Por: Mario Arias Gómez.

Expresión originada por la liturgia del rito romano que traduce, literalmente: “por mi culpa”, usada habitualmente por los pecadores como “mi culpa”; “mi propia culpa”; “máxima culpa”; “por mi gran culpa”; percibida como manifestación de arrepentimiento por los pecados, deslices, faltas, yerros cometidos.

Señal que no se da en el caso del soberbio, sulfurado, inefable presidiario del Ubérrimo, al tomar en cuenta el pataleo, alegato de inocencia frente a la providencia restrictiva de la libertad proferida por la Sala Especial de Instrucción de la CSJ, soportada en la «gran cantidad de material probatorio«.

Medida causante de gran revuelo y resonancia local e internacional, desencadenante de un sinnúmero de acotaciones de congresistas, observadores, periodistas, opinadores, en favor del liliputiense, imprescindible, irremplazable, intocable jefe del cártel y en contra de la CSJ, puesta su actuación en el banquillo.

Sabihondos -jueces ad hoc- que posan de expertos en incisos, los que se han atrevido a dictar cátedra sobre cómo aplicar la justicia, copando mediáticamente las redes sociales; la agenda del tornadizo Gobierno, como la de las esperpénticas, insufribles, esclavizadas, ideologizadas, entrometidas cotorras: María Isabel Rueda y Vicky Dávila, turiferarios que, igual al entusado, ‘no hay disco que les sirva’.

Con gratuito, excesivo apasionamiento, falta de objetividad, descalificaron -per se- la Sala, tachándola -sin prueba- de enemiga del innombrable; fustigaron por extensa la providencia, censuraron su contenido, redacción; intentaron suplantar la justicia al concluir que el pestilente ´superhombre’, no cometió delito alguno; exigiendo -además- pasar el caso a la nada fiable Fiscalía.

Empeño alcanzado. Agrego: ‘El que a los jueces teme algo debe’.

Airadas echaron pestes a la Corte por atreverse a restringir la libertad del imperecedero, diablesco ‘héroe’, al que Colombia toda, -según ellas- le debe perenne gratitud, reconocimiento, por cumplir el mandato constitucional que ordena (art 2°) “proteger a todas las personas residentes en Colombia, en su vida, honra, bienes…”.

Mientras “Los particulares sólo son responsables ante las autoridades por infringir la Constitución y las leyes”, el ‘mesías’, lo era entonces (Artículo 6º CP) “por la misma causa, y por omisión o extralimitación en el ejercicio de sus funciones”.

Justicia que -alejada de su habitual indiferencia- por fin operó frente al endiosado ‘elfo’. Protección -recalco- ¡A TODAS!, no solo a los suyos, como ocurrió en el infierno en que selectivamente se asesinó; desapareció a centenares de miles de víctimas inocentes; se perpetraron masacres, falsos positivos por los que sus ‘buenos muchachos’, fueron merecidamente condenados.

El idolatrado ‘supermachote’, apenas -hasta ahora- fue emplazado a rendir versión libre el próximo 16 de septiembre.

Pugnacidad escalada por el alumno -lobo con piel de oveja- y la cofradía de ayayeros, calcadas al arrogante, exaltado, grotesco, imperial napoleoncito, que hace más de veinte años proscribió las buenas formas, maneras, prosodia, desplazadas por envenenada, furibunda, mafiosa jerigonza, propia de iniciados en el secreto de Polichinela, ejemplificadas por el bochornoso: ‘te doy en la cara marica’, que desnudó su miserable entraña, vulgar talante.

Jerga introducida por el parcializado, incoherente, inhabilitado, inepto presidente Duque -reproducida por subordinados y variopintos lameculos- en busca de apremiar, desacreditar -vieja práctica- la institucionalidad, magistratura; conducta que ha injuriado, lesionado irreparablemente la majestad de la justicia.

Proceder inadvertido por el laxo, negligente, desentendido, omisivo Procurador, según el Tribunal Administrativo de Cundinamarca, que le enrostró este lapidario, irrefutable mandoble, reprensivo del deslenguado en cuestión:

Dentro de este marco, es dable afirmar que el presidente de la República, a pesar de ser símbolo de unidad nacional y estar obligado a garantizar los derechos y libertades de los colombianos, emite una información carente de imparcialidad, con total desconocimiento de la separación de poderes y de la autonomía de la rama judicial, por cuanto cuestiona el actuar de la CSJ e insinúa la forma en cómo se debe desarrollar el proceso judicial al interior de la corporación”.

Está probada la extralimitación de la libertad de expresión del Presidente Duque, ante lo cual se le exhorta para que en adelante se abstenga de emitir opiniones que desconozcan la autonomía e independencia de los órganos del Estado como instituciones legítimamente constituidas de acuerdo con el principio de separación de poderes, atendiendo los parámetros expuestos por la Corte Interamericana de Derechos Humanos y la Corte Constitucional colombiana”.

Abuso en defensa del autocrático, cobarde, pusilánime macho alfa que: “actuó con dolo, vale decir, con conocimiento de los hechos, consciente de la ilicitud y la voluntad de querer su realización” (CSJ), procediendo a desviar la atención hacia otros tópicos, ajenos a la vergonzosa imputación.

Bogotá, D. C. 03 de septiembre de 2020

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