Opinion

Tomas Uribe, otro error del CD

Por: Alejandro Loaiza Salazar – Enlace Congreso de la República. Oriundo de Samaná, con estudios en Gobierno y Relaciones Internacionales de la Universidad Externado de Colombia. Por: Alejandro Loaiza Salazar – Enlace Congreso de la República. Oriundo de Samaná, con estudios en Gobierno y Relaciones Internacionales de la Universidad Externado de Colombia.

Una cosa es reconocer algunos logros del Gobierno Duque, otra es reconocer algunos éxitos del Gobierno Uribe, o creer que independientemente de si se está o no de acuerdo con él, es indiscutible su protagonismo político durante las últimas dos décadas, pero pretender imponer al hijo del expresidente como carta política no es solo asumir la ignorancia y estupidez de un país, sino la ineptitud de un movimiento político como el Centro Democrático.

El proceso que la justicia emprendió contra el Expresidente Álvaro Uribe da para pensar muchas cosas, no en vano afirma el profesor Hernando Gómez Buendía con toda razón que “la justicia para Álvaro Uribe es imposible porque su juicio penal implica un pulso entre la credibilidad del tribunal y la de un ídolo político”, pero alejándonos un poco de las razones jurídicas y argumentativas del proceso en sí mismo, así como su posible desenlace; sí se puede afirmar si ser experto en el tema, y basados en la simple razón, que es a todas luces reprochable la actitud no solo del movimiento del cual es él su artífice, el Centro Democrático, sino del mismo presidente Duque frente a las decisiones judiciales.

En primer lugar habría que decir que la responsabilidad política frente a los fracasos del actual presidente Duque, recaen sobre su partido y por supuesto sobre el expresidente Uribe. Ellos llevaron al solio de Bolívar aun joven sin ningún capital político, cuyo paso por el senado fue gracias al bolígrafo del presidente Uribe al momento de conformar sus listas, y cuya experiencia no es tan diferente que la de cualquier colombiano que sea favorecido por contar con las excelentes relaciones públicas de sus padres.

Un presidente (en minúscula) que ni siquiera es capaz de sacar adelante la Política de Seguridad Nacional, bandera de su partido, y que por el contrario durante su mandato se han incrementado todos los índices de violencia. Solo basta con ver el aumento de la violencia y las masacres en las regiones del Cauca o Nariño, donde la seguridad del Estado es un fracaso. Sus defensores podrán decir que el país fue dejado en las peores condiciones por el Gobierno Santos, nada más alejado de la verdad, sin embargo y aun si así fuera, ya estamos a la mitad de un mandato en donde alguna señal de gobierno debería haber de parte del presidente.

Pero sin ser suficiente, Duque lidera un gobierno sin luces. Relaciones exteriores defectuosas, inclusive con el Gobierno Trump donde el dialogo se redujo a la lucha contra las drogas, pues el embeleco de Venezuela y Guiado salió pésimo. Pero además sacrificando las buenas relaciones bipartidistas que siempre ha tenido nuestro Estado con los Estados Unidos, pues de ganar Joe Biden como pareciera que fuera a ocurrir, se abandonaron los canales de comunicación con el partido demócrata.

Sumado a lo anterior, un manejo de la Pandemia que se lleva los titulares del mundo, por ser de los países con mayores tasas de contagio en todo el Globo. Con ello se suma el neófito comportamiento entre las relaciones del ejecutivo con el legislativo, absoluta improvisación que lo empujo a tener que ceder a las presiones burocráticas de los “Honorables”. Y ni que decir de las relaciones con el poder judicial, las cuales auguran enfrentamientos institucionales que nada positivo traerán.

Y aun con toda esta terrible experiencia, tratan desde ahora las voces del Centro Democrático de sugerir a otro joven sin bagaje alguno en la administración Pública. Proponer a Tomas Uribe como carta política del partido de Gobierno no solo es una afrenta a la conciencia pública, sino a su mismo partido; pues es admitir sin sonrojo que ante la ausencia del Ex presidente antioqueño no tienen personas de talante para asumir el liderazgo que requiere un Partido Político, y si las tuvieran, como creo que pudiera ser el caso del Exministro Oscar Iván Zuluaga, es tan inmaduro aun ese partido, que las diferencias internas no permiten que un hombre de la talla e inteligencia del otrora Exprecandidato presidencial, asuma las riendas de ese movimiento.

No hay que hacer, el Centro Democrático no solo está destinado al fracaso por el abismo al que nos lleva el hoy presidente Duque, sino por el canibalismo interno de ese movimiento y por el triste destino al que la soberbia llevo a Álvaro Uribe Vélez.

Twitter: @AlejandroLSFD

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