Opinion

“EN COLOMBIA NO ES QUE TENGAMOS ALGUNAS MANZANAS PODRIDAS, ES QUE ESTAMOS EN PERMANENTE COSECHA DE ELLAS”

Por: José Oscar González Hernández. Se desempeñó como Alcalde de Pensilvania, Diputado a la Asamblea de Caldas, Personero de Manizales.

El cotarro político y todas sus consecuencias poco a poco se han ido agitando. El primer responsable es el señor presidente que en esta emergencia económica por la pandemia ha expedido más de 150 decretos extraordinarios y todo parece indicar que los señores Senadores, la gran mayoría, están muy incómodos porque argumentan que no han sabido el destino final de la plata que está ordenada en dichas disposiciones y que todo parece, van es a favorecer a los bancos y a los super poderosos de este país. Creemos que la legislatura que comienza el 20 de Julio va a estar muy movida porque vemos a los opositores del gobierno estudiando los temas para ejercer el control político a dichos actos gubernamentales.

Otro que movió la bolsa fue nuestro paisano magistrado Gerardo Botero Zuluaga de la Corte Suprema de Justicia. Todo se debe a una tutela presentada por el Togado en contra de los otros 21 magistrados; este hecho en nuestra historia judicial es inédito y la razón se basa en que pesa a sus insistentes y sistemáticos reclamos para que se acatara el ordenamiento jurídico y en especial las normas reglamentarias de la Corte Suprema, se continuaron violando sus derechos constitucionales que hace referencia en su tutela que presentó. Según la tutela se le violaron los derechos de autonomía a la voluntad, además los derechos contenidos en la declaración universal de derechos humanos. Hay que recordar que, según las declaraciones del Magistrado, de la Sala Plena sólo ha recibido discriminación que es atentatorio de su dignidad personal.

Toda esta dificultad radica que la Corte en sus decisiones internas, especialmente en votaciones, unas voces aceptan el voto secreto que está ordenado en sus reglamentos y en otras hace las votaciones públicas.

Este impase esperamos destape otros temas de más calado que se escucha en los pasillos y son males que aquejan a nuestra justicia y como es obvio cobija también a nuestra Corte Suprema.

Lo primero que queda en claro es que para llegar a la Corte se necesita de un padrino. El mismo doctor Botero lo reconoce, él tuvo quien lo presentara en la Corte, pero destaca que quien lo impulsó en su candidatura nunca condicionó su apoyo a la hipoteca de autonomía e independencia en sus decisiones.

En estas crisis toca rememorar a unos magistrados de altas cortes que oímos nombrar, tanto por su señorío personal, como por la huella dejada entre sus alumnos y por la producción jurídica, tanto en libros como en sus decisiones. Los magistrados que integraron las cortes antes de 1991 tenían conocimientos jurídicos profundos, convicción de sus ideas, independencia jurídica y casi todos ellos poseían una pluma prodigiosa para impartir justicia en sus providencias. A eso agréguele, eran totalmente desprendidos de vanidades y de ambiciones políticas. Todos ellos ejercían su magistratura con probidad y entereza y alejados del mundanal ruido de las zalemas. Sólo justicia impartía sin compromisos y sin mirar hacia el futuro. Recordemos magistrados como Alfonso Reyes Echandía, Luis Sarmiento Buitrago, Luis Carlos Sáchica, Alfonso Patiño Rosselli, José María Velasco I y tantos otros que fueron miembros de la Academia Colombiana de Jurisprudencia.

Recuerdo hace unos pocos años, creo que 12 o 15, serán muchos, que un presidente de la Corte Suprema en una entrevista radial dijo que nos preparáramos para el gobierno de los jueces. Si esa es la filosofía hoy dentro de dicho cuerpo colegiado creo que se equivocaron.

Miremos por encimita varios de los males que aqueja a nuestro sistema judicial en conjunto, pero especialmente la Corte Suprema. La elección de magistrados se debe hacer por concurso de méritos y no por elección de los miembros de la Corte, todos sabemos que desde que se les otorgó funciones electorales a las Cortes, este fue un regalo envenenado; además hay que prohibir la puerta giratoria, ya que sabemos que esto se está utilizando como trampolín político.

Sólo resta desearle suerte al magistrado Botero Zuluaga, que son 21 contra uno; así tenga razones más que justificadas, no se le olvide que la gavilla es muy grave y usted en su empeño hasta el momento está solo.

Lo más visto

Subir