Opinion

Piensa mal y acertarás (I)

Por: Mario Arias Gómez

Es impensable los ríos de tinta derrochados en referir las miserias de la histérica, insoportable, repulsiva Martha Lucía Ramírez; sepulcro blanqueado que funge -para asco, rabia- como vicepresidenta; espécimen que en un momento de decepción con el escurridizo exmandatario que la sacó del ministerio de Defensa, por la puerta de atrás, juró entonces -con su habitual vehemencia-, que jamás sería la que es, en razón a sentirse -sin la estatura moral- predestinada a ser Presidenta de Colombia.

Obsesión que busca con el innombrable, postrada de hinojos, al que le besa los pies, igual que a Duque, a quien con desgano le cedió el protagonismo, luego de tacharlo en campaña de improvisado, inexperto, quien le devolvió atenciones al negarle la embajada pensada como antesala presidencial.

“Uno es dueño de lo que calla y esclavo de lo que dice”.

Trashumante de todas las toldas políticas. Veleta que se mueve en dirección de los vientos del oportunismo. ‘Caballo de Troya’ furibista. Insufrible, aburridísima, tránsfuga: Liberal; goda pastranista que, como senadora, renunció -coartada a la Ley- para evitar la pérdida de investidura, que políticamente la hubiera inhabilitado de por vida.

Venenoso, espeluznante basilisco. ‘Piedra de Sísifo’ empujada por el magnánimo arquitecto de su destino, OYA, quien la ha tratado siempre como la niña de sus ojos, jugándose por imponerla como candidata al Partido, a costa de dividirlo. Alevosa, desleal, intrigante, marrullera, olvidadiza, pérfida hidra, sin alma ni hígados; para quien el fin justifica los medios.

Sus proverbiales: desdén, desapego hacia el eximio, desairado, utilizado amigo, son conocidísimos; imperturbable, fríamente se unió al narciso, pintoresco Barguil para descabezarlo del Directorio Nacional. Ineluctable traición del tamaño del globo terráqueo de Atlas. Felonía -sin redención posible-, enmascarada con espuria condecoración. Luego hablaré de ello.

Contenidas, mansas palabras que describen su apostasía, muestra infalible de los antivalores, indignidad, falta de luminosidad, transparencia practicadas, falencias escondidas durante 23 años. Repulsiva, odiosa archiduquesa, remedo de la ‘loba austriaca’ (María Antonieta), con varios narco-escándalos encima: Uno, caso ‘Memo Fantasma’; dos el del curtido delincuente-hermano, con escasos 37 años, un ‘culicagadito’ -afirmó-: ingenuo ‘embobado’, ‘engañado’, ‘ilusionado’ con un negocio fácil.

¿Creerle? Al ser detenido, “pidió -‘típico caso, usted no sabe quién soy yo’-, permitírsele ir hasta Nueva York a encontrarse con su hermana, una persona muy importante que ipso facto solucionaría la situación causada por el tráfico de heroína”. Estratagema fallida. Luego solicitó permiso para “pasar las festividades de año nuevo con mi hermanita”.

Aberrantes, irrebatibles pruebas de la innegable relación de la codiciosa hiena, con reconocidos traficantes, tardíamente conocida, resguardada ante la adormecida, atontada, condescendiente sociedad, anestesiada por el amiguismo -cómplice-, el desgobierno, la corrupción, la violencia; evidencias demostrativas de su doble moral, doble juego.

Apabullante, descalificador, desolador destape, que patentizó el recóndito señalamiento, que cubrió con tupido manto de duda, su desacreditado, sombrío pasado, exculpado -para más vergüenza- por los inefables, envanecidos: Uribe, Pastrana, Samper, tóxicos apologistas que, con el ‘iluminado’ Duque, tasaron de ‘impecable’, ‘irreprochable’ su hipócrita, maloliente, ponzoñosa conducta, digna de imitar.

Carroña relativizada con un ‘delito de sangre’, que ninguno de los llamados buitres, perros de presa le endilgaron. Lo penado socialmente por la indignada opinión de bien, obedece a la encubierta falta de limpieza. Veredicto que le asegura destacado, merecido lugar en el muladar de la historia.

Rememoro decires de la farsante en comento: 2 de febrero/2012 declaró: “Pensar que fui criticada cuando propuse prohibir en la Reforma Política, que familiares de los condenados por narcotráfico participaran en listas”. Mayo 21/018: “No hay narcotraficantes buenos o malos, todos son malos y hay que reprobarlos”. Mirando a Duque, impertérrita expresó: “A mí sí me importa, si los altos funcionarios aparecen en fotos compartiendo con paras, terroristas, narcos.

Inconsistencias inadvertidas por sus deudos, que ven -impasibles- cómo su ‘heroína’ cambia los inmutables, inquebrantables principios, como de calzones. Valores despreciados, inducida -seguramente- por enseñanzas ancestrales. Sus amañados juicios, van igualmente de la mano de sus lúgubres, sombríos, sórdidos intereses subyacentes. Consubstancial integralidad indesligable de su ‘acreditada’ vida pública y privada.

‘Los hombres no son nada, los principios lo son todo’.

Fortalecerlos repercute en forma elocuente, fecunda, persuasiva la vida comunitaria, no sin dejar de acentuar, enfatizar que lo público existe gracias a lo privado. Su imperativo rol (beneficios-costos), se interconectan con la lógica de la totalidad, que entraña despedirse de la “vida privada”.

Recuerdo una de las sentencias atribuidas a Julio César:

“Mulier Caesaris non fit suspecta etiam suspicione vacare debet”, (’La mujer del César no solo debe serlo, sino también parecerlo’).

24/06/2020

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