Opinion

QUÉ HACER ?

EDITORIAL

Cinco días se cumplen hoy domingo del aislamiento obligatorio ordenado por el gobierno nacional. Cinco días donde ha pasado de todo y ha quedado en evidencia nuestras falencias institucionales, la improvisación gubernamental, la indisciplina ciudadana y el aprovechamiento de algunos dirigentes.

A lo largo y ancho del país, no han faltado los concejales y diputados oportunistas que vieron en esta crisis una ocasión perfecta para hacer populismo saliendo a pedir la condonación de las facturas de servicios públicos, arrendamientos, obligaciones bancarias y toda cuanta cosa se les ocurre, olvidando que ello no es tan sencillo y que, en el mejor de los casos, habrá un congelamiento más no exoneración. Pasada la crisis, quienes no cumplieron con sus pagos, les tocará financiar la deuda acumulada.

Ya son muchas las denuncias por la forma como algunas gobernaciones y alcaldías han manejado los recursos en esta emergencia, muchos dilapidados y otros pagando insumos sobrefacturados. Una alcaldía compró tapabocas a 16 mil pesos unidad. No hay derecho.

El gobierno nacional no se queda atrás y en clara muestra de improvisación, ha salido a tomar medidas absurdas. El decreto abortado de convalidación de títulos médicos obtenidos en el exterior, era un adefesio. El permitir el retiro de las cesantías es gravísimo porque este era el ahorro real de los empleados con lo que subsistían algunos meses cuando quedaban sin empleo o las utilizaban para vivienda, educación y adquisición de bienes.

Ahora veremos las consecuencias de la bobada del Presidente Duque de aceptar, dizque por razones humanitarias, a tanto venezolano en nuestro país, muchos de los cuales incrementaron la inseguridad, prostitución y el desempleo. Estos señores serán los primeros en salir a saquear y asaltar almacenes de víveres porque viven del día a día y de hambre no se van a dejar morir. Ya lo vimos en Bogotá y en Pereira.

En cuanto a subsidios y ayudas estatales, cuántos meses aguantarán las golpeadas arcas del gobierno nacional para sostener el cañazo, y después qué ?.

Hay medidas que son peor el remedio que la enfermedad. En Caldas, por ejemplo, se suspendieron obras en varios municipios contratadas por la Gobernación, colocando en serias dificultades económicas a los ingenieros contratistas y dejando estos proyectos inconclusos porque la reanudación implicará mayor presupuesto. Será una frustración más para las comunidades que llevan años esperándolos.

En este momento hay varios aspectos que tienen a las autoridades pensando seriamente sobre las medidas del aislamiento preventivo.

Entre ellos, la situación que se presenta en todos los municipios con respecto a la desobediencia de muchos, mal llamados ciudadanos, a la orden del aislamiento preventivo, lo que seguramente llevará al gobierno nacional a su ampliación hasta el 30 de abril. Estos desobedientes se creen revivos porque violan el toque de queda o salen a la calle sin necesidad. Las autoridades se sienten impotentes e incapaces de controlar este desorden. Es imposible colocarle un policía a cada habitante para obligarlo a cumplir la norma. Estamos en pañales en cuanto a cultura ciudadana y civismo.

Otro aspecto es el económico. Se avecina una crisis económica sin precedentes. Cuando los días pasen y las personas vean agotarse sus ahorros y en peligro sus empresas o negocios, no permanecerán más en sus casas y se volcarán a las calles en busca del sustento porque tendrán que decidir si los mata el virus o el hambre.

Se incrementarán los atracos, robos, extorsiones y secuestros, lo mismo que el índice de suicidios. Se corre el riesgo que sean más los muertos por la crisis económica que por el mismo coronavirus.

El panorama no es nada halagüeño. El gobierno no puede someter a un confinamiento a la población por tiempo indefinido. Nadie lo resistiría. Llegará el momento en que a los gobernantes les tocará decidir si dejan acabar las economías del país y sus regiones con la hecatombe que ello significa, o se adoptan posturas como la del Presidente Trump quien anunció que a partir del 13 de abril la actividad económica y el aparato del estatal vuelve a la normalidad en Estados Unidos.

Ante la indisciplina, falta de colaboración ciudadana, falta de recursos y crisis económica, seguramente las autoridades terminarán aplicando la máxima: “Sálvese quien pueda” y cada cual asuma sus riesgos y responsabilícese de cuidarse a sí mismo y a los suyos de la epidemia.

Manizales, marzo 29 de 2020.

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