Opinion

CUENTOS DE CUENTOS

Por: Hernando Arango Monedero, empresario, ingeniero y abogado. Se desempeñó como Representante a la Cámara, Alcalde de Manizales y Director General del SENA.

Es indudable. Al país, poco a poco, lo van llevando como a res al matadero y nadie, absolutamente nadie, le ha puesto cuidado a lo que nos viene sucediendo.

Sí! Basta asomarnos a lo que día tras día nos traen los periódicos y los noticieros, quienes sirven de caja de resonancia a quienes, con su labor soterrada, pero efectiva, poco a poco destruyen las instituciones y sobre ellas tienden el manto del descrédito o de la duda. Duda que al final de cuentas cumplirá los propósitos que en su accionar promueven esos sectores del país, sean del sector político que sean, pero a quienes les conviene que el caos nos abrume y, finalmente, puedan dar el zarpazo sobre el país para su provecho.

Y es así como para la semana anterior las noticias nos pusieron en conocimiento de las disposiciones de la JEP a cerca de la amnistía que otorgaron a la llamada Mata Hari quien, con gran felonía, introdujo un vehículo a un centro de enseñanza, del que ella era parte, para hacerlo explotar y con ello asesinar quien estuviera cerca, no importando si eran sus compañeros de estudio. Lo fundamental para ella era que se trataba de una institución de carácter nacional: La Universidad Militar Nueva Granada. Bueno, cumplía órdenes de sus mayores en las FARC. Lo cierto es que, para la JEP, la circunstancia de ser un centro educativo no tenía importancia y resolvió amnistiarla en señal de que no pasó nada. Y el país se asombró, pero nada más. El Ministerio de Defensa apeló la decisión y veremos si aquello es atendido por el “Centro Nacional de Absoluciones” en que se viene constituyendo la Justicia Transicional.

Y digo que habrá que esperar a escuchar lo que opina el “Centro Nacional de Absoluciones”, como tendremos que llamarlo ahora, ya que, por el momento, se están permitiendo determinadas modificaciones al idioma y se viene usando cierta terminología que, sin lugar a dudas, nos anuncia que el secuestro ya no será tal cosa, porque en épocas de las FARC se daban retenciones. Que las cadenas que sobre los “retenidos” se ponían eran elementos de protección para aquellos sometidos a tal desgracia. Que las FARC eran una “Fuerza Armada no Estatal”, lo que los equipara a la Fuerza Armada del Estado. Bueno, los sinónimos son parte de lo que eufemísticamente tendremos en la terminología que se nos viene encima. Desde luego que, las largas dadas a las condenas que merecen quienes son responsables de la multitud de crímenes de guerra, son el preámbulo de lo que veremos en el mediano, que no corto plazo para cuando el país ya no espere nada y deseemos todos salir de este engendro que se creó para darle firmeza al triunfo de los derrotados.

Y como el proceso de demolición de instituciones está en marcha, y tuvo muy buenos resultados en Venezuela, algunos comentaristas, algunos con monumentales rabos de paja, buscan y hurgan en cuanto evento se da en el país para buscar el descrédito de quien a su camino se oponga. El ejemplo está en el poco confiable Ñeñe, quien era un advenedizo que, valiéndose de una incauta, o cauta, mujer reconocida, se acercó a quienes quiso y se hizo notar. No sé qué tan santo fue el sujeto este, pero que sabía poner picas en Flandes no cabe duda. Así se arrimó a los famosos del momento y de allí la oportunidad para vincularlos a todos en sus andanzas, lo que no es difícil para los que buscan destruir honras y demás. Andanzas por confirmar, desde luego.

Eso sí, las cajas de resonancia han estado alerta, y listas para magnificar lo que se presente y que produzca demolición, que destruya. Ese es el gran objetivo y a eso le son útiles quienes creen que mañana los cobijarán. Pero equivocados están, porque en ese mañana serán víctimas de su actual actividad.

Por el momento hay mirar lo que se nos viene dando y buscar construir un frente común que defienda nuestra sociedad y la mantenga dentro de un régimen de libertades, lo que no significa que cohonestemos actividades delictivas de nadie, pero sí que nos permita distinguir lo que es vituperable, de lo que es lanzar sombras negras sobre las instituciones y las personas como viene ocurriendo con los “Cuentos de Cuentos”.

Manizales, marzo de 2020.

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