Por: José Oscar González Hernández. Se desempeñó como Alcalde de Pensilvania, Diputado a la Asamblea de Caldas, Personero de Manizales.
El tema que agota localidades a cada instante que se hable de información es el del “coronavirus” o técnicamente el Covid-19.
No vamos a cansar a nuestros lectores repitiendo sobre lo que es y no es el bendito bicho, pero creo que alrededor de dicha pandemia que ya fue decretada por la OMS hay muchos cabos sueltos, que es bueno recordarles y que no les perdemos las pistas. Pandemia lo definen en Google: “enfermedad epidémica que se extiende a muchos países o que ataca a casi todos los individuos de una localidad o región”. Como se deduce de la definición, dicho bicho está diseminado por todo el mundo. Su forma de contagio es de lo más fácil y allí los organismos de salud están haciendo la tarea juiciosos, dándonos las instrucciones de higiene mínimas que debemos tener. Esas precauciones son muy difíciles de cumplir en medio de una sociedad caotizada como la nuestra. Un solo individuo puede contagiar a un número indeterminado de personas y muchas veces sin saberlo.
Miremos el caso de una señora de Medellín, más o menos después de regresar de Europa tuvo contagio, que se sepa, con 80 personas y de estas ya hay varias en cuarentena. Otra medida tomada por el gobierno es que obliga a las personas que entran por los aeropuertos internacionales y son procedentes de China, España, Italia y Francia a una cuarentena obligada. Si uno de los viajeros resulta infectado, no contaminaría a sus compañeros de viaje en el avión en donde van más o menos 300 personas ? La tripulación, aunque hacen muy poca vida social, ellos también pueden ser contagiados o contagiar a otros y para ellos no hay cuarentena ?
Un titular en un periódico Bogotano nos decía: “coronavirus amenaza con crear un caos en el deporte mundial”. A mi modo de ver no sólo en el deporte, sino en nuestra vida. Ubiquémonos no más en el Transmilenio de Bogotá. En televisión vemos esas marejadas de personas intentando abordar los articulados y se ve unos encima del otro. Hay contacto entre las personas y lo más grave y riesgoso, por las circunstancias, nadie guarda un mínimo de distancia con el vecino. Allí se nos puede presentar el mayor foco de contaminación. Medida risible me ha parecido la de los entes deportivos de Europa, que dejan realizar partidos sin público y un saludo como no lo sugirió Nicolás Maduro el de Venezuela y más adelante en la competición los jugadores van a estar en contacto y untándose de los fluidos del otro y para eso si no hay ruego que lo impida.
Esto que hemos relatado es parte de lo que se ha sabido de la médica; pero tenemos que analizar unas informaciones que van circulando por las redes y ya es la parte económica del coronavirus.
China un país asiático y normalmente alejado del mundo occidental le tocó la mala suerte de tener el bicho del COVID-19. Desde los primeros momentos del brote dieron muestras de organización. Trabajaron la parte sanitaria, construyeron un hospital inmenso, según las fotos publicadas, en menos de un mes y acordonaron la región en donde estaba el origen de sus desdichas sanitarias. Hasta aquí todo normal. Pero viene circulando en las redes una información que debido al pánico generado, las bolsas de valores explotaron y se devaluaron las acciones de todas las grandes empresas tanto de Estados Unidos como de la Unión Europea y este momento lo aprovechó el gobierno Chino y el banco central no tomó ningunas medidas proteccionistas y vino el colapso y vendieron la gran parte de sus acciones los inversionistas en tecnología y la industria química. Quedando en manos Chinas las acciones compradas baratas. El anterior cuento es un poco difícil de creer, pero lo que vemos hoy en los grandes capitales inversionistas, en donde sólo les interesa el lucro, nos queda la duda.
Lo cierto es que hoy con las medidas adoptadas por el gobierno colombiano sólo nos queda a cada uno de nosotros tener la mayor responsabilidad y compromiso de acatar las recomendaciones sanitarias y esperar que dicho coronavirus pasará con el tiempo y lo recordaremos como una pesadilla superada.
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