Opinion

Rotundo fracaso (II)

Por: Mario Arias Gómez

Con inmenso hartazgo reanudo el análisis -sin ambigüedades, ni cortapisas- del raquítico balance efectuado por el Presidente el 31 de diciembre/2019, apoyado en una oceánica, pueril verborrea, referida en este caso puntual, a la burda, descarrilada, errática, inconexa, irrelevante, polémica, vacía política exterior -rayana en la irresponsabilidad- ejecutada por un degradado, gris, improvisado, incompetente, minusválido equipo de gobierno, signado por la medianía.

Palmarios calificativos, sinónimos de los adjetivos esgrimidos -sin pelos en la lengua y seguramente sin fumársela verde-, por el deslenguado, fanfarrón, necio ‘payasito Santos’, que la sintetizó de catastrófica, sin brújula ni norte. No se requiere de complejas, exhaustivas disquisiciones, ni ser un zahorí para concluir de forma idéntica.

Llaneza que tumbó al lenguaraz en cuestión, en cámara lenta -propia del Gobierno- y puso en entredicho a la reciclada Canciller -generosa aportante de la campaña-, ilustrada por el precitado infidente -testigo de excepción- de la incuestionable incapacidad del extravagante, hipócrita Holmes -signado por la medianía-. Corifeos (ambos) con prematuras agendas electorales, dedicados a exhibirse en los más heterogéneos escenarios, en menoscabo de la majestad de la Cancillería y Embajada; copartícipes del descalabro -insoslayable- que tiene sumido al abrumado Presidente, en la impopularidad, íntimamente imbricada al rincón que la historia universal del ridículo, le tiene asignado.

Es imposible resumir -como colofón- en una columna, el cúmulo de desaciertos. Van estos ejemplos:

a)-. La insulsa visita al Vaticano -en términos políticos, económicos, sociales-, con inusitada cola de lagartos -sin precedentes en el anecdotario de las audiencias pontificias-, ajenos al quehacer oficial: María Juliana (esposa), Luciana, Matías, Eloísa (hijos); Juliana Márquez (mamá); Gloria Sandoval (suegra); hermanos; el difuso Holmes; el confianzudo gárrulo, Jorge Mario Eastman, esposa, hija, quien trató de tocayo al Sumo Pontífice; Manuel Restrepo, (min-Comercio); Julio Riaño, (Embajador ante la Santa Sede); Francisco Miranda, (‘ghost-writer’); Sánchez Cristo, esposas,  cuñadas, parientes de los colados.

Vinieron: la bendición, las fotos; el intercambio de presentes; la entrega de la camiseta de la Selección que “James le mandó firmada con mucho cariño”. Milagrosamente faltaron: el carriel y el collar de arepas, que otrora intentó colgarle nuestro ‘Monarca’ a Juan Pablo II. Fastuoso viaje con cargo al erario, en perjuicio del deficitario presupuesto de los refrigerios de los niños, la salud, la educación. Morboso, halago a amiguetes que suspiraban por tomar la mano del considerado enviado de su Dios en la tierra. Abuso de función, malversación de fondos públicos, peculado -implícitos-, sin que el apático Procurador haya tomado nota.

b)- Y qué decir de la bochornosa visita al Rey de España, que recibió, de viva voz, estupefacto, el doméstico, grotesco recado: “Uribe lo manda saludar y que lo quiere mucho, mucho”, desnudando la ignominiosa, penosa, subalterna, vasalla condición -para un jefe de Estado- de mandadero del ‘presidente eterno’. Catedralicia metida de pata, merecedora del Oscar.

c)-, Sumo el conflictivo, desafiante, incendiario manejo intergubernamental con la hermana Venezuela, relación que convirtió en tribuna de rimbombantes, mediáticas declaraciones que se remontan a la época de Senador, cuando denunció al sátrapa, ante la CPI por violación de los DH, clara usurpación de la función constitucional atribuida al ejecutivo. Como Presidente lideró el fracasado cerco diplomático que lo derribaría en horas; el ingreso -a la brava- de la ayuda humanitaria. Show en el que vergonzosamente embarcó al presidente Piñera.

d)- Batió récord, el insólito, teatral recibo del presidente fantasma, Guandió, parafernalia que incluyó, la extendida de la alfombra roja en un potrero al descampado, con helicóptero presidencial, honores de Jefe de Estado, traslado de la Guardia presidencial; el subrepticio, truculento paso fronterizo, coordinado con ‘paracos’ (¿amigos?). Insensatez que -falto de proporciones- comparó -habrase visto- con ‘la caída del muro de Berlín’. Visita que Duque aprovechó para pedir la captura de ‘Márquez’. Oso repetido con la suplicada extradición de la prófuga Merlano.

e)- Capítulo aparte merece la presentación en la ONU de las famosas fotos que en vez de condenar a ‘Maburro’, lo fortalecieron, según el portazo infligido por 105 naciones, que le entregaron -en respuesta- un cupo en el Consejo de DH. Palos de ciego que no generaron la solidaridad buscada.

Farisaico mandatario -sin gobernabilidad- que no sabe dónde está parado, ni para dónde va; que no da pies con bola; no pega una; intenta justificar -vanamente- lo injustificable. Infantil, grotesca ingenuidad, absoluta, que solo provoca rabia, incapaz -qué duda cabe-  para reconocer sus errores; dedicado a complacer a su epígono, Uribe.

Visto lo visto, no sabe uno si reír o llorar. Corolario demostrativo que el cargo le quedó grande.

19/02/2020

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