Opinion

¡Resistencia, resistencia, resistencia!  

Por: Mario Arias Gómez

Es de tontos no percibir la gravedad del histórico, espontáneo, unánime, liberador, solidario grito propalado -a boca llena- al país el domingo pasado, por variados artistas, intérpretes de los reprimidos: clamor, malestar, rabia, del rechazo ciudadano minimizados -como el cacerolazo-, por el presidente Duque, como por los infaltables áulicos, vasallos, difusores de caricaturescos memes, trinos. Facilista, proclive forma, método de eludir los cuestionamientos planteados en mis anteriores columnas, con intuitiva, irrevocable, unívoca convicción.

Imbricado microcosmos, génesis de la enajenada, efervescente, impredecible revuelta social en desarrollo, causada por la agreste, árida, lúgubre gestión del presidente Duque. Cometido que de verdad no me place, deploro. Masivas, imprevisibles protestas, apartadas de la enseña del héroe cubano, José Martí: ‘Gobernar es prever’, instrucción subestimada por el sordo mandatario, incapaz de escuchar a sus mandantes; tender puentes de entendimiento; edificar consensos sobre el disenso; acortar brechas; remendar el tejido social; discernir las múltiples razones para protestar, para revelarse el pueblo abrumado, hastiado, desfalleciente.

Su inepta, insulsa vocera, desgranó una imaginaria ‘estrategia’ (improbada), del derrocamiento con ‘mentiras’, al descuadernado Gobierno, dinamitando el ‘conversatorio’. Conflicto avivado con la insostenible sindicación de ‘pirómanos’, prodigada por Duque a los contertulios.  Agria, revulsiva manera de incendiar la pradera, que pretende apaciguar ahora, con el desaguisado -eufemísticamente rebautizado-: ‘Ley de Financiamiento’, ‘…de Crecimiento’… pero de un “puñado de privilegiados”, favoreciendo sus empresas con exenciones tributarias por $20 billones, a costa de la esquilmada (‘ad-infinitum’) clase media, trabajadores independientes, subempleados.

Desenmascare que recrudeció el descontento, inconformismo del estudiantado, que emotivo, anticipó que la susodicha Reforma, tendrá -sí o sí- que ‘reversar’ Duque, concebida en beneficio del gran capital, que “no soluciona las álgidas necesidades de los jóvenes-soñadores”, que no piden favores, sino que están labrando su futuro: “Necesitamos -dicen- acciones que contribuyan a mejorar las condiciones de vida”.  Provocador, retardatario, regresivo engendro, ‘pupitreado’ -a espaldas del pueblo- en las comisiones conjuntas de Senado y Cámara.

“Uno de sus 109 artículos, obliga a los prestadores de servicios y trabajadores independientes, pagar un IVA de 19 %, sobre un mínimo de 3000 Unidades de Valor Tributario (UVT), enmarcado en $99’468.000 anuales ($8’289.000 mensuales). Inicua, inequitativa expoliación que, según, Iván Jaramillo -director del Observatorio Laboral de la Universidad del Rosario-, es abusivo, injusto, demasiado alto.

Despojo al que se agregan, forzosamente: El 10 % de rete-fuente; el 29 % para seguridad social, liquidado sobre el 40 % de los honorarios; 1 % del ICA, incluyendo algunas estampillas. Sumados los anteriores ítems, con base al contrato mensual de $8’289.000, resulta: $1’571.900 de IVA; $963.000 por prestaciones sociales, $828.900 -retención en la fuente- y $82.900 de ICA, para un ingreso neto de $4’850.000. ‘Clavada’ que impactaría a 11,5 millones de colombianos, que es el universo de trabajadores independientes, quedando por decidirse en plenarias, si se mantiene otros impuestos, como el IVA ‘plurifásico’, que afecta la cerveza y bebidas azucaradas; el impuesto a las motocicletas de menos de 200 centímetros cúbicos. Me haría interminable relacionar el sinnúmero de engañifas inspiradas por quien prometió no subir los impuestos.

Atropello contra diez millones y pico de idiotas útiles, que engatusados corrimos -ingenuamente- a consagrar a quien juró -también- que no intervendría las pensiones. Hoy, el muy corrupto min-Hacienda, anticipa que el futuro de estas:  dependerá de la capacidad de ahorro de la gente, a sabiendas que el ingreso de las mayorías, apenas alcanza para sobrevivir, no para ahorrar. La salud, educación, sujetas a quien tenga ‘Capacidad económica’.

De ahí emerge el apocalíptico 80 % de la población -según Gallup- que padece el alto ‘Costo de vida’; desempleo; inseguridad. Desaprobación superior a la registrada en su época por Santos, Pastrana. Equiparada con Holmes, Carrasquilla, compinches con la peor imagen desde iniciado el horrible Gobierno. El pesimismo, por las nubes (69 %). Negativas: la del agro (64 %); educación (62 %), en momento que el comité de paro exige más recursos para las universidades públicas. La implementación del Acuerdo de Paz, reprobada (75 %). Nunca antes se verificó tanta insatisfacción. Feligresía que legitima el paro al suponer (80 %) que los marchantes son personas comunes y corrientes que obran de buena fe.

Escribió Goethe: “En la vida política, cuando la casualidad pone a nulidades en posiciones de mando, acostumbran -con infatigable empeño- no solo a desprestigiar el pasado, sino también a evitar por todos los medios la crítica general hacia sus personas. En la mayor parte de los casos, la razón de ese odio a lo anterior, es sencillamente la propia mediocridad”.

11/12/2019

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