Opinion

¡Que se vaya!, gritan los “Colombianos”

Por: Mario Arias Gómez

No cabe duda que el arrinconado, errático, inseguro, obtuso sub-presidente, carece del cacumen indispensable para encarar la crujiente, heterogénea, pertinaz crisis social -sin precedentes-, que tiene caminando p’atrás al país, como el cangrejo, reversa encubierta bajo la baladí, estólida disculpa: “no he hecho nada distinto que cumplir el programa de gobierno, respaldado por más de diez millones de votos” -esfumados-, con su inconsistente economía naranja; confusas biodiversidad; educación; empleo, crecimiento con equidad; paz con ‘legalidad’; lucha contra la corrupción.

Enunciados de los que, en los dieciséis dilapidados meses de caótico, superficial, tóxico mandato, no tiene nada qué mostrar, producto de sus congénitas: incapacidad, impreparación, inexperiencia, que no le han permitido descifrar la realidad que circunda; escuchar a los jóvenes -nuevos actores políticos y sociales-; ofrecer solución a la insurrección cívica -en ciernes-; construir gobernabilidad.

Con innegable desgano, evidente encono, acompañó forzado -de dientes para afuera- la consulta anticorrupción, que alcanzó la cifra record de 11,5 millones de votos, anhelo que dejó expósito, huérfano en el Congreso, negándose a impulsarla. Tiempo que igualmente perdió, al objetar -por encargo- los seis artículos de la JEP. Patraña conjurada por los congresistas y la CC; instancias en las que no pudo demostrar la invocada inconveniencia.

Sus frágiles, embusteros estribillos: “Garantizaré el derecho a la protesta pacífica, sin permitir actos de violencia”. “En desarrollo del mismo, impediré que se vulneren los de los demás”. Ambigüedades causantes del clamor popular. Respecto al frágil ‘liderazgo que dice ejerce…”, ´no se ha dado cuenta que lo tiene convertido en un hazmerreir, según el 70 % que lo desaprueba, porcentaje convergente con la punzante, ruidosa, majestuosa derrota infligida el 27 de octubre, simultánea con la sufrida por el perplejo mentor.

Certidumbre que no intuye, comprende, materia prima de la compleja conflictividad social, avivada por el infrecuente despertar, florecimiento  del altivo, corajudo, efervescente, valeroso movimiento estudiantil, mamado como está -entre muchos factores- de los palos de ciego dados por el improvisado, desconectado, soberbio, sordo servidor público -que lo es-, cuyos mandantes desesperanzados -dicho sin ambages-, perdieron la confianza en su marchita gestión, como el miedo a denunciar sus falencias, amiguismo, discriminación; ineficiencia; politiquería, origen del impune, ruinoso desbarajuste institucional.

Indignación acrecentada por las recurrentes argucias, artificios, engaños, incumplimientos; a la desmedida, brutal actuación del ‘ESMAD’ en contra de los inermes marchantes, de los arrojados, ignorados, pacíficos voceadores de los inamovibles, innegociables 13 puntos, defendidos a capa y espada -a costa de su vida-, ante el agonizante, acosado régimen, caminantes que han puesto como condición-sine qua non, ser atendidas antes de levantar la protesta. Jóvenes, burdamente agredidos, maltratados -de hecho y de palabra-, con peyorativos, epítetos, generalizándolos de hordas de anarquistas; bárbaros, desadaptados; pirómanos; terroristas; vándalos prepagos; zánganos; calificativos que los tiene verazmente soliviantados, legítimamente.

Descamisados’ criollos, que el desinformado aprendiz de estadista -quien desconoce el áspero rigor de la pobreza- vanamente intenta desactivar con el manido ‘monólogo’; coartada, parodia dilatada hasta marzo 15, dizque para enterarse de las súper-sabidas reivindicaciones, postergadas por décadas, encausadas por los irritados ventrílocuos del inconformismo. Blablablá iniciado con alcaldes y gobernadores, convocados por el Presidente, mucho antes de los airados pataleos, reclamos, lo que delata su innata falta de transparencia; charla orientada a cansar, desgastar los escuchas -que no interlocutores-.

Protestas aupadas por las receladas reformas: laboral, pensional; la inobservancia del ‘Acuerdo de Paz’, de la reconciliación, que la población, exige, mayoritariamente, implementar. Pataleta agregada de la intentada revalidación del impopular, regresivo “paquetazo”. Holding financiero -antesala de la constitución del Grupo Bicentenario, que abre la privatización de al menos 16 empresas públicas, en favor -como siempre- del capital privado -local y extranjero-; claro desafío a los millones de defraudados electores, que solicitan hoy la revocatoria. El repudio de la comunidad nacional e internacional, al sistemático, asesinato de líderes sociales que, en lo que va corrido del indolente gobierno, pasan de 200 los silenciados, sin asumir correctivos que cesen la selectiva matanza, sin apremiar a la ciega, lerda justicia.

Razones de la decreciente desfavorabilidad de Duque, que ningún presidente igualó en la historia reciente, sin que haya podido apaciguar, darle tranquilidad al país, ni logrado consenso alguno con los garantes del paro, saturados de aprensión, recelo, por su falta de credibilidad, que explica la frustración inimaginable de los colombianos de bien que, con el fragmentado CD, demandan ¡QUE SE VAYA YA!.

0412/2019

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