Opinion

ADVERTIDOS

Por: Hernando Arango Monedero, empresario, ingeniero y abogado. Se desempeñó como Representante a la Cámara, Alcalde de Manizales y Director General del SENA.

Claro, estábamos advertidos y se está cumpliendo. Recordemos que a poco de pasadas las elecciones para presidente, y una vez se conocieron los resultados que dieron por ganador a Duque, el perdedor, Petro, nos anunció que saldrían a las calles a reclamar. No sabíamos entonces que reclamarían, pero a reclamar y de paso a paralizar el país.

Pasados un año y unos meses, pero fundamentalmente desde el 7 de agosto del año anterior, prácticamente no ha transcurrido una semana sin que las calles sean escenario de marchas y manifestaciones de diversa índole para expresar descontento por cosas y hechos ciertos y otros construidos, pero bien manejados para concitar incautos a la marcha, ante el llamado que desde las famosas bodegas se hacen para incitar a las gentes a lanzarse a la calle. Llamados a salir, en primer lugar, los directamente interesados y, en segundo lugar, los de siempre, los salvajes que se toman las marchas para desatar toda su capacidad criminal y arrasar con lo que en su camino encuentran, sean bienes privados o públicos, sin medir lo que restaurarlos o recuperarlos pueda costar dado que eso poco les importa, ya que consideran que esos dineros son producto de los impuestos que se le sacan a los ricos, pero olvidando que son recursos que podrían ser usados para solventar necesidades de los más necesitados; sí, de esos que dicen defender y representar con sus vandálicas acciones.

En esta oportunidad, los mayores impulsores de la protesta, los que se autodenominan educadores, presentes con FECODE, esos que poco ejemplo dan a sus pupilos, que trabajo y dedicación poco entregan a cambio de lo que se les paga y que vocación por su ministerio poco muestran, concitan a los jóvenes a que se manifiesten por una supuesta reforma pensional, reforma necesaria que se encuentra en discusión en procura de un consenso entre empleadores, trabajadores y gobierno, pero sobre lo que aún no hay nada diferente a buscar acordar disposiciones que impidan al futuro pensiones que no tengan relación con los aportes de cada cual a su propia jubilación y a establecer mecanismos para que cada colombiano, en su vejez, tenga un ingreso que le sea suficiente para vivir con dignidad sus últimos años. Este tipo de disposiciones no gustan a los mal llamados maestros, por eso protestan. Tampoco les parece que haya posibilidad de pago por trabajo por horas. No eso no les parece, ya que ellos tienen empleo y poco les importa aquellos que no lo tienen. Por eso también protestan. Y como Duque amplió los recursos del presupuesto para la educación, pues hay que protestar, qué importa que otras necesidades del país se queden sin recursos.

Como manifesté en un principio, la consigna es parar. La consigna es enseñar a los educandos que la solución para todo es el paro. La consigna es no permitir que el país avance y, de paso, pues lo mejor es que el “éxito” que se ha dado en Venezuela con el Socialismo del Siglo XXI se repita en Colombia. Hacia eso nos conducen Petro y su incondicional Bolívar, el de ahora, no el Libertador.

Y ahora, cuentan con el apoyo de Cesar Gaviria, Vargas Lleras y Aurelio Iragorri, a quienes les sirven los votos que de esto puedan derivar, así el país pierda, tal y como lo vienen haciendo en el Congreso con la Ley de Financiamiento y las mociones de censura, que se han vuelto el juego para clamar por mermelada, que harta falta les hace.

Estamos advertidos.

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