Opinion

“SI ALGUIEN TE TIRA UNA PIEDRA, TÍRALE UNA FLOR… PERO ASEGÚRATE DE QUE VAYA CON  MACETA Y TODO”. Picardías Mafalda.-

Por: José Oscar González Hernández. Se desempeñó como Alcalde de Pensilvania, Diputado a la Asamblea de Caldas, Personero de Manizales.

19 septiembre 2019

Dentro de todas las dificultades administrativas que tiene el estado colombiano para funcionar, uno de los mayores problemas que se tiene es el hacinamiento en las cárceles del país. Es el talón de aquiles no sólo del ministerio de Justicia quien es el responsable directo de su manejo, sino de contera le toca al Congreso y a toda la rama judicial.

Su primera falencia tiene que ver con el hacinamiento de las cárceles, que no sólo ellas están llenas, sino las estaciones de policía, las Uris de la Fiscalía y cualquier otro centro de reclusión, está saturado. Si las cárceles están repletas no podrán ser centros de resocialización del interno, más bien se vuelven centros de aprendizaje del hampa.

Con el gran hacinamiento que se tiene en los centros de reclusión, trae aparejado un problema adicional y es el de la guardia carcelaria. Cuando estos funcionarios sindicalizados entran en estado de alerta sindical y hacen paros escalonados el desgobierno en las cárceles es de gran magnitud. Se comenta en la calle y se dice con mucha frecuencia que en los distintos patios de las penitenciarías del país hay unos capos que son los que mandan en dicho penal. Para el interno que llega a una cárcel se comenta que debe pagar una cierta cantidad de dinero para poder tener una cama para descansar. Allí se cobra por usar el teléfono, aunque nos dice el gobierno que dicho servicio está prohibido su uso dentro del penal; si quiere una mejor comida debe pagar y si este nuevo detenido posee bienes de fortuna puede vivir a sus anchas dentro del patio, porque los capos del patio le brindarán protección. De lo narrado anteriormente vemos que por ningún lado aparece el Estado evitando estas situaciones anómalas ejercidas por personas ajenas al gobierno o al Inpec que es el encargado de dichas funciones.

Si miramos la definición de estado fallido tendríamos que deducir, después de contar estas experiencias, que en las cárceles se puede aplicar con toda tranquilidad dicha acepción.

Hacia el futuro el Gobierno, el Congreso y la Rama Judicial deben hacer un alto en el camino y decidir y diseñar una política con todo lo relacionado con los internos, restructurar el Inpec y por sobre todo orientar la política criminal del país, si va a continuar siendo represiva para que se ordene la construcción de más cárceles o si por el contrario se va a dar un viraje, saber para donde nos vamos a orientar. No es quejándonos porque los jueces no expiden órdenes de detención intramural a un sindicado, ellos sólo están aplicando la ley que una institución aprobó.

CODA: La semana pasada visité el paradisiaco Corregimiento de Pueblo Nuevo en mi pueblo natal y sucedieron unos hechos que ameritan contarlos. Próximamente me referiré, que encaja mucho con el título de este escrito. Feliz día.-

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