Por: Alejandro Loaiza Salazar – Enlace Congreso de la República. Oriundo de Samaná, con estudios en Gobierno y Relaciones Internacionales de la Universidad Externado de Colombia.
07 septiembre 2019
Sin ninguna encuesta de opinión seria (y pública) que permita ver la percepción que tienen los caldenses frente a la imagen favorable o desfavorable de las campañas que compiten hoy por la gobernación, no es posible realizar un análisis serio de que tan bien o mal están estos equipos.
Sigo sosteniendo que todos los candidatos que hoy están en la palestra pública son pésimos candidatos, tal vez puedan ser excelentes gobernadores, y tal vez hayan sido exitosos empresarios y gerentes, sin embargo, lejos están de ser aquellos personajes que encantan con un micrófono y seducen en un discurso; que lo anterior sea garantía de buena administración, seguramente no. Pero sin lugar a dudas muy lejos si estamos de los liderazgos que ha tenido el departamento.
Muy fácil hubiera sido para cualquiera de los políticos experimentados que hoy tiene Caldas en la cantera, haber ganado esta Gobernación de tener los contendores que integraran el tarjetón del 27 de octubre. Desde Juana Carolina, pasando por Luis Emilio, e inclusive Mauricio, la misma Doctora Adriana y ni que decir de Oscar Iván, todos ellos tuvieran a estas alturas de la campaña un escenario muy favorable y decantado.
Sin embargo, hoy vemos unos candidatos insípidos, arrastrados unos por sus estructuras y otros sintiéndose en el lugar equivocado, y hasta afirmando que sus seguidores son “más papistas que el papa” por no decir más “Uribistas que Uribe”.
Cuando un candidato apenas incursiona en política, y nunca ha tenido su foto en un afiche, no solo no tiene otra alternativa más que escuchar a quienes algo de experiencia tienen, sino que de tanto escucharlos se contagian también de sus peores defectos.
Las dos preferencias electorales más fuertes que hoy compiten en Caldas por suceder a Guido Echeverry, son Camilo Gaviria y Luis Carlos Velásquez. El primero de ellos y por obvias razones tiene tras bambalinas en su campaña a la Doctora Gutiérrez, mientras que el segundo tiene como jefe político al exsenador Mauricio Lizcano.
La Doctora Adriana Gutiérrez siempre ha mirado por encima del hombro a todo aquel que no sea del notablato manizaleño, pero más aun a todos aquellos que hemos nacido en la provincia, a todos aquellos que estamos a más de una hora de Manizales. De allí su arrogancia, al considerar casi que hacen un favor al permitirle a los electores votar por ellos, se consideran los más notables e incólumes del departamento, tal vez por esta razón no consideran viable apoyar la logística en los municipios, “Pues es Manizales quien pone Gobernador”. Candidato Gaviria ojo con eso, recuerde que el ejercicio político vale, y lamentablemente hoy la política, más que ayer, tiene un componente financiero fundamental, si realmente quiere ganar no olvide algo, “Al Pueblo que fueres, haz lo que vieres”.
Por el lado del candidato Velásquez, no tengo la menor duda de que saben muy bien como apoyar la logística de las campañas, no en vano y frente a la negativa permanente del equipo “Camilo Gobernador”, han logrado conseguir un número significativo de apoyos que antes estaban con Gaviria, en lo que será tal vez una competencia muy estrecha, que se definirá incluso por el apoyo decidido o no, de uno de tantos alcaldes que hoy quieren dejar amigos en el nuevo gobierno departamental.
Y es que mientras una campaña se apega al discurso demagógico y antagónico, como si los electores no se dieran cuenta que tal discurso se resquebrajo en el momento que su salvación fueron aquellos que tanto criticaron, pero que, además, no perciben el desprestigio del actual gobierno sobre el que quieren montar su gestión, como un punto en contra, principalmente en la región del centro sur del departamento, dicha campaña seguirá perdiendo adeptos.
La otra campaña, sin tener visos de brillantez, acude al pragmatismo puro y la estrategia típica de los asesores en marketing, que hablan de las pequeñas victorias, en donde cada adhesión es maximizada electoralmente, generando un imaginario colectivo de triunfo, el cual les despeja cada vez más el camino.
Hoy nada está escrito, todo está por hacer, sin embargo y cualquiera sea el ganador, lo cierto es que estos candidatos no movieron fibras, no inspiraron pasiones y gane el que gane, será por defecto de su contendor.