Opinion

Negociando alianzas

Por: Alejandro Loaiza Salazar – Enlace Congreso de la República. Oriundo de Samaná, con estudios en Gobierno y Relaciones Internacionales de la Universidad Externado de Colombia.

10 agosto 2019

Nada más desgastante que una mesa en la que tienen asientos políticos contrarios que tratan de tejer una alianza, cada uno imaginándose el día en que alguno faltara a los compromisos, y como tratar de asegurar la palabra empeñada.

Sostener indicadores positivos de una campaña es sumamente difícil, máximo cuando se es el candidato con mayor favorabilidad. Aquel que ha seis meses de las elecciones barría en las encuestas y era casi único en pista, a tres meses mira de reojo como la distancia con sus contradictores se va disminuyendo, y el tiempo juega en favor de aquellos que han retrasado su ingreso a la arena electoral.

Cualquier adhesión por pequeña que sea, será un tanque de oxígeno fundamental para ampliar o disminuir las ventajas.

En este momento el peso político de los candidatos o equipos que los rodean, será mucho mas importante que el peso electoral, es decir, la sola noticia política de una adhesión de X o Y candidato marcara un quiebre en la percepción del elector, aun y por mas pequeño que se crea que es el equipo o candidato que se adhiere.

Pero lograr estos acuerdos no es fácil, lejos están estos pactos de las coincidencias programáticas que se presentan en las ruedas de prensa. Las mesas de discusión tienen una carga burocrática profunda que es realmente la que define o inclina si se adhiere o no a una u otra campaña.

Y es justo en el momento en que se inician las conversaciones con algún equipo, que el teléfono no para de sonar con llamadas del otro, es como si se presintiera que el mercado ha iniciado y se debe trasmitir la oferta mas atractiva con tal de lograr la ya cantada adhesión, nada más parecido al campanazo de la bolsa cuando inicia el mercado de valores.

Las estructuras tradicionales dependen de manera considerable de las burocracias para sostener su fortín político, de allí que tratar de sostener la posición de negociación mas favorable es fundamental, pero mas aun es lograr confianza con el interlocutor.

Generar en la contraparte tranquilidad en una negociación de cualquier tipo, es clave para incidir en la toma de decisiones. No la mejor oferta siempre es la mas atractiva, cuando se ha faltado a la palabra una vez, con seguridad se hará dos y tres veces, tal vez una oferta menor, pero con mayores garantías puede ser mucho mas productiva.

Que le hacemos, así funciona la política y en particular las campañas, y no solo las tradicionales, también las llamadas alternativas, todas funcionan igual, y no solo en Colombia, en todos los países democráticos en donde un solo voto incide en la administración o no del poder, quien crea lo contrario no lograra por ejemplo entender el porque de los cambios de Gobierno en Inglaterra o España, o la crisis que hoy tiene Italia. El problema no solo es de cultura colombiana, el problema es la arquitectura de la democracia, de lejos, inclusive para los griegos, no era el mejor sistema de administración de poder, pero tal vez si el que garantizaba mayores concesos, aunque estos se hagan por debajo de la mesa.

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