Opinion

EL ODIOSO PODER DEL BOLÍGRAFO

EDITORIAL

En la medida que se va conociendo el otorgamiento de avales en los distintos partidos políticos, crecen las caras de frustración e indignación en muchos precandidatos que aspiraban a llegar a la contienda electoral del próximo 27 de octubre.

Una vez más queda demostrado que la vieja práctica del poder del bolígrafo, sigue vigente. Quienes otorgan los avales lo hacen, en muchos de los casos, en forma arbitraria y subjetiva negándole la oportunidad a nuevas figuras.

Todos los Partidos tienen un proceso de inscripción de precandidatos y ello poco importa porque desde antes se sabe quiénes serán los avalados y los primíparos lo lograron por su cercanía con quien los otorga o porque utilizaron otra clase de medios.

Esto causa desmotivación en la militancia porque las oportunidades son cerradas y siempre para los mismos. No se permite el relevo generacional y en la mayoría de los casos vemos durante décadas los mismos nombres y los mismos apellidos en los tarjetones.

Urge la democratización de los Partidos y la implementación de mecanismos o consultas internas para la conformación de listas, en las que puedan participar todos los precandidatos en igualdad de condiciones. Debe ser obligatorio para todas las organizaciones políticas y hacerse en un mismo día.

De esta forma se acaba con la odiosa practica de los favoritismos de los jefes políticos que son quienes finalmente otorgan los avales y, en muchos casos, han convertido esta facultad en prácticas vergonzosas que están acabando con la democracia alejando y ahuyentando a figuras promisorias que pueden significar el relevo generacional.

Pensilvania, julio 14 de 2019.

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