Opinion

BANDAZOS DE LOS JUECES

Por: Hernando Arango Monedero, empresario, ingeniero y abogado. Se desempeñó como Representante a la Cámara, Alcalde de Manizales y Director General del SENA.

07 junio 2019

En los últimos días los colombianos no sabemos para donde mirar. Y no es nada extraño que nos ocurra eso, dados los acontecimientos que hemos vivido y sobre los que nos han mostrado que una cosa es una cosa y no otra cosa, así sea igual a aquella, porque definitivamente es otra cosa. De paso, que dos más dos no siempre son cuatro, porque cuatro, según la hora, podrán no ser cuatro.

Con el caso de Zeuxis Pausias Hernández Solarte, el señor Santrich, las cosas en manos de los Jueces, Magistrados y Fiscalía, es algo de locos y las respuestas dadas parecen acomodarse a lo que cada uno piensa y no a lo que la ley y la lógica determinen y la estabilidad del sistema demanda. Por eso, algunos dicen que las Instituciones de la República se han visto seriamente comprometidas. Para otros es necesario barrer y hacer cuenta nueva, y piensan que lo indicado es una Constituyente para reformar la Justicia. Otros que se necesita un Referendum para que el pueblo se pronuncie y haga tabla rasa en todos los órdenes. Bueno, propuestas no han faltado y lo que sobrecoge es que las propuestas vienen de autorizados voceros de los partidos. Propuestas que también son rechazadas con argumentos fuertes y hasta flojos por quienes se autodenominan opositores a lo que aquellos dicen y que también promueven la defensa de la Patria, la Paz y las instituciones sin más análisis que: ”lo hecho, hecho está“ y pasemos la página.

Personalmente creo que las Instituciones ciudadanas son fuertes a pesar de lo que ha venido sucediéndose. En eso tenemos que ser claros, pues de lo contrario ya estaríamos matándonos como quiera que esa es la forma colombiana de arreglar los problemas, y así lo reconfirma la historia. De tal manera que, Instituciones tenemos y, quiérase o no, son respetadas por Tirios y Troyanos, lo que es evidente.

Sobre lo que no hemos realizado la discusión, es a cerca de quienes están al frente de las Instituciones y cómo se comportan los que integran esos cuerpos y de qué manera se manejan los asuntos sometidos a su consideración, análisis y decisión. Sí, porque no parece lógico que lo que es evidente para unos, sea, gracias a lo que el momento requiere, como algo no tan evidente. Parece ser que, según sea quien lo propone, para quien se encuentra en frente es mejor taparse los ojos, los oídos y dejar salir de su boca cualquier argumento, flojo o concienzudo, y rechazar lo dicho o propuesto sin importar que, quien puede resultar favorecido o afectado es el pueblo o la dignidad de la Justicia o de la Ley o del mejor actuar del Ejecutivo. Así lo acabamos de ver en el caso de las objeciones del Presidente al Estatuto de la JEP, cuando la Cámara ni siquiera dio lectura a esas objeciones y las rechazó de plano. En el Senado al menos discutieron algo sobre ello. Y qué decir de lo que decide la JEP cuando en una enredada Providencia, más que determinar que no le fue posible establecer la fecha de la ocurrencia de los hechos, hace un tratado de inculpaciones a terceros en las cien y más hojas de su fallo. En Derecho, los Fallos tienen que ser breves, claros y determinantes. Una Providencia, que es la voz del Juez, se explica por si sola y no requiere de más explicaciones y verborrea.

Y ni qué decir de la Corte Suprema y la Sala que en esta semana determinó que a Santrich le reconocían fuero de congresista. ¿Fuero a quién no se ha posesionado y fuero frente a un hecho sucedido antes de ser elegido como ta? Esto es como si el Alcalde pudiera gobernar, expedir decretos y demás, antes de su posesión. Esto, en virtud a que el Consejo de Estado reconoció que Santrich fue elegido como Representante a la Cámara, lo que de por sí no le significa que es Congresista hasta tanto no se Juramente y tome posesión de la dignidad. Desde luego que su posesión nos costará a los colombianos el año de salarios dejados de recibir por él, a lo que hay que agregarle los intereses y los daños morales y subjetivados a su “buen nombre”. Ya veremos. La misma Corte, en otra Sala, no hace mucho, negó a otro ciudadano, con las mismas calidades, la condición de congresista y el fuero que a este “ilustre” le reconoce hoy. ¡¡Vaya!!

Aquí no necesitamos reformar las Instituciones. ¡Lo que sí tenemos que reformar son calidades exigidas para llegar a ser Jueces y Magistrados!

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