Opinion

NO TOCAR

Por: Hernando Arango Monedero, empresario, ingeniero y abogado. Se desempeñó como Representante a la Cámara, Alcalde de Manizales y Director General del SENA.

31 mayo 2019

Los colombianos nos enfrentamos día por día a la prohibición, expresa o tácita, del No Tocar. Tal prohibición nace de la ley o de los condicionamientos que desde uno u otro lado se expresan. Los ejemplos de los últimos días nos lo muestran y todos, pensemos como pensemos, estemos afiliados a una corriente política o no, tenemos de presente la tal prohibición.

El ejemplo más dramático lo vivimos con el caso de Sausis Pausias Hernández Solarte, conocido como Santrich. En su caso tenemos la primera admonición lanzada por la misma JEP, como quiera que no era dable a nadie tocarlo. Así, su caso quedó a cargo de la Sala del Tribunal que se creó para lo que a las FARC se refiriera, dado que los tribunales establecidos no eran garantía para ellos. Pasado casi un año, ese Tribunal resolvió que no le era posible determinar la fecha en la que el tal Santrich violó la ley. ¡Un año para ello! Y todo el mundo callado por razón del No Tocar que impedía a cualquier persona intervenir.

Una vez que el Tribunal o Sala de la JEP expresó su opinión sobre el caso, opinión por demás que tan costosa como para que figure en los anales de lo que no se debe repetir. Una vez dada la orden de darle libertad inmediata por la Sala respectiva, entramos a otro capítulo del No Tocar, como quiera que se pretendió que la libertad ordenada no fuera perturbada por nadie. El No Tocar se esgrimió por los amigos de Santrich que vieron frustrada su aspiración a ver libre a su amigo. Y así, ahora entramos en otro No Tocar, pues han recusado a la Juez de Garantías que determinó que la captura fue legal y por tal razón va a la Corte Suprema de Justicia, ya que, el No Tocar, le es aplicable, según los abogados, a Sausis Pausias como congresista, así no se haya juramentado como tal y como lo hacen todos los que son elegidos al Congreso.

Como vemos, el No Tocar nos tiene ya hasta la coronilla y más cuando las excepciones cubren a algunos que por siempre no tuvieron excepciones para con nadie. Ese No Tocar, también cubre a don Iván Márquez quien, por más que lo citan a rendir su versión libre ante la JEP, se niega a acudir y manda a su abogado para que dé la razón. Allí, el No Tocar se repite y, a cualquier ciudadano le habrían dictado auto de detención para que se presente o le siguen el juicio sin más y sin menos como reo ausente. Acá el No Tocar es claro. ¡Evidente! Dirá alguno.

Y como el No Tocar le cabe a los que luego sallen a decir cualquier sandez para justificar lo que en otra parte hicieron, el director del liberalismo nos viene con que a la JEP la defiende a capa y espada, cuando nadie busca acabarla y sólo se pretende darle claridad a algunos de los artículos que, como hemos visto, permiten que narcotraficantes no sean extraditados, o que, por no poder intervenir el Comisionado de Paz, se cuelen al sistema otros que buscan igual beneficio. Eso se descubrió hace poco cuando más de cinco de estos sujetos ya estaban matriculados en la Justicia Especial para la Paz, pagando por su cupo, claro está.

Y en el No Tocar, cayó también Rodrigo Londoño, alias Timochenko, cuando, actuando como estadista, y comprometido con el Acuerdo de Paz, conmina a don Iván a cumplir lo establecido y a recoger lo dicho de estar arrepentido de haber entregado las armas. Razón tiene Rodrigo al aceptar que el proceso tiene sus bemoles, pero que hay que sacarlo adelante, cueste lo que cueste, si queremos un país en paz algún día.

Los colombianos tenemos que tener claro que lo que se pactó en el Acuerdo de Paz hay que cumplirlo. Así ese acuerdo tenga falencias, hay que cumplirlo. Si hay que hacerle retoques para evitar que haya desmanes y colados, pues que se hagan. Creo que lo que todos esperamos ya, es que se procese a los que deben presentarse a responder ante ese Tribunal y se impongan las penas establecidas para ellos. Y punto. ¡Nada más!

Manizales, mayo de 2019.

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