27 marzo 2019
Ya quisieran Peñalosa, Armitage o el mismo ‘Fico’ Gutiérrez tener los problemas que afronta Octavio Cardona como alcalde de Manizales por estos días. Mientras en esas capitales los fenómenos de violencia e inseguridad, movilidad, poca generación de oportunidades laborales y falta de inversión social; por señalar algunas, los mantienen en vilo y por lo tanto son blanco de sus contradictores políticos y de la opinión pública que los lapidan en redes sociales por la aparente incapacidad de gestión que han demostrado en estos temas.
En Manizales ocurre un fenómeno muy particular, que es inversamente proporcional a los problemas sociales denunciados en Bogotá, Cali o Medellín; porque las críticas a la gestión del alcalde se limitan a cambios de sentidos viales, la estética de un monumento que se construirá con armas blancas y un puesto de buñuelos. ¡Sí, un puesto de buñuelos!
Octavio Cardona debe sentirse reconfortado y si se quiere solazado con estas críticas que en nada desdibujan su buena labor al frente de los destinos de los manizaleños, si observamos los resultados de Manizales cómo vamos y específicamente la feliz inversión en infraestructura educativa y la percepción de seguridad de la ciudadanía, respaldada en estadísticas confiables y halagadoras, por solo citar unos logros importantes.
Algo bueno estará haciendo el hijo de La Cabaña, cuando sus enemigos políticos y ciudadanos a los que no les gusta su forma de gobernar, no han encontrado en la corrupción, una de las armas predilectas para atacar a los funcionarios públicos como camino a la desacreditación. Tampoco escándalos personales o públicos, como el manotazo de don Rodolfo a un concejal de Bucaramanga, o cosas por el estilo. La hendija que encuentran para incoar su labor, independientemente de las razones que se esgrimen parecen de otra latitud y eso habla bien de un mandatario que está transformando una ciudad considerada el mejor vividero del país.
El hecho que hoy las redes cuestionen si una venta autorizada en un parque público es ético, estético, nutricional o saludable, de por sí, genera un buen síntoma para la ciudad, porque al contrario de lo que ocurre en buena parte de la geografía nacional, las discusiones son por temas trascendentales del desarrollo. Aun así, hay quienes afirman que Octavio perdió el norte… ¡No me crean tan buñuelo !.