Opinion

¡Omar Yepes!

Por: Mario Arias Gómez

13 marzo 2019

«Los muertos que vos matáis, gozan de cabal salud». Manida frase que desde tiempos inmemoriales se encuentra en el Quijote, la repiten escritores, cuya autoría algunos la atribuyen erradamente a Don Juan Tenorio de Zorrilla; al comediógrafo español, Pedro Muñoz Seca; a Juan Ruiz de Alarcón; Lope de Vega; Juan Velarde Fuertes; Pierre Corneille («les gens que vous touez se portent assez bien»- “aquellos que usted mata andan bastante bien”), versión que en cualquier caso, es utilizada para alimentar predicciones macabras; advertir eminentes e inminentes muertes de personas, instituciones, ideas y demás, que resultan simuladas siempre.   

La ejemplifican: La caída del muro de Berlín; la disolución de la Unión Soviética, en los que, cronistas e historiadores se apresuraron a cantar victoria -como si se aproximara el fin de la Historia, profetizada por Fukuyama -influyente politólogo estadounidense, de origen japonés- en el libro, “El fin de la Historia y el último hombre”, que atestigua que en adelante, sólo una ideología gobernaría a todas las sociedades humanas, conclusión que sirvió para anticipar la muerte de las ideas marxistas, formalizando a sus predicados, un entierro de tercera, augurando la abolición de las fronteras, entre la Izquierda y la Derecha, delimitadas desde la Revolución Francesa, vaticinando la consecuencial uniformidad ideológica de los habitantes del planeta Tierra.

Igual pronosticaron, equivocadamente, que los pobres del mundo, decrecerían, contrario a la evidente progresión geométrica, resultas de los arrogantes, draconianos, mesiánicos y vergonzantes ‘petros’; fanfarrones autoproclamados catedráticos de la paz, la ética, la moral; corifeos del fracasado, ilegítimo y macabro ‘Socialismo Siglo XXI’, armos de una desusada Izquierda, en vía de extinción, caracterizada por un cándido, tragicómico, trasnochado y horrendo populismo que, bajo la égida de una democracia garantista, se apodera del poder, para borrarla enseguida, sin que la fanática y recalcitrante derecha -tipo Trump-Bolsonaro- tenga nada que envidiarle.  

Derecha distintísima a la que personifica Omar Yepes, a quien el imberbe y jactancioso Liscano, asegura haberle cavado la «tumba política», que para su desencanto, vio levantar nuevamente, por cuarta vez, con ‘paso firme y seguro’, rumbo al podio Conservador, por unánime beneplácito y exigencia del Directorio Nacional. Exaltación que tirios y troyanos entienden, como reconocimiento tácito a sus caballerosos, atemperados, fructíferos y racionales servicios -de más de medio siglo- a la ‘causa’ azul, iniciados bajo el aleccionador alero protector del icónico, LUIS GRANADA MEJÍA, cuya recordación, pervive imperecedera en la memoria de la gloriosa ‘Mariposa verde’, el ‘Caldas grande’.

Legitimado en la dirección del Partido, gracias a sus austeras, conciliadoras y finas maneras, personales y políticas, me permiten parodiar a Winston Churchill, para sostener: “Omar ha querido ser útil primero que importante!”. Corolario afectuoso, que unido a un cálido aplauso, hago sin sonrojo -de pie-, al curtido jefe.

El respeto al disenso ajeno, esencia de esta nueva proclamación, forjada por la antigua y nueva dirigencia, traduce: ¡Omar, todo lo ha hecho bien! Honroso examen, que lo reputa como el insobornable “Guardián de la Heredad”, diga lo que diga en su video, el mediocre y sinuoso ‘trepango’, migrante del conservatismo, promotor del ‘toma y dame’, cuya bajeza, no podrá disipar la seductora devoción y kantiana defensa, que con guantes de seda, adelanta, de los principios inmanentes partidistas.

Peculiaridad contemporánea es la falta de consistencia, coherencia, firmeza, confianza, desprendimiento, en los improvisados liderazgos, génesis de dudas, confusión, desmoralización del electorado que reclama, entereza, solidez en los mismos. Hechizantes fortalezas que habitan -qué duda cabe- en el epónimo, Yepes Alzate, unidas a su bonhomía, que es una especie de bálsamo cicatrizante, que abre ventanas para que entre luz, aire fresco, perdón, a la solariega morada conservadora; lenitivo que neutraliza conversos que, enceguecidos por las pasiones políticas, interpretan tan noble, afable y samaritana actitud, como debilidad, del recién entronizado y encopetado amigo.

Meditación, influida por quien profetizó: “Lloverán (calumniosas) acusaciones, ruines ataques, banderillas que le resbalan por su epidermis política”. Tardíamente reconoció, “a boca llena” “haber recibido honores” inmerecidos como imaginarios “espadazos y mandobles”, “curados con el ungüento de la amistad”. Estrambóticas zalemas del amnésico, mezquino, pusilánime y filibustero ‘maestro´, que ayer, no más, disparó (mayo/2019) encabritado, este canallesco berrinche:

Espero que hayas usado red para ese salto mortal…. que buenos coequiperos escogiste… Omar Yepes, César Montoya, Luis Guillermo Giraldo y Popeye… Álvaro Uribe…Martha Lucía Ramírez y Alejando Ordóñez…”. Quedó el circo completo… Toda la viruta y el olor a jaula de tigre, con una sola boleta: Iván Duque. El cambio, pero para peor. ¿Quién será la bastonera del circo? Contáme”. -Sic-.

Manizales, 13 de marzo/2019

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