Por: Oscar González Hernández – Exalcalde de Pensilvania, exdiputado a la asamblea de Caldas, ex personero de Manizales.
14 marzo 2019
Hace unos días el cotarro se alborotó con la idea de penalizar o mejor de prohibir la libertad de cátedra en las aulas, o mejor, el adoctrinamiento ideológico. Semejante idea a uno le parece un desaguisado, ya que en pleno siglo XXI lleguemos a esos extremos que ya parecían superados. Imaginémonos a cualquier profesor en su aula contando una historia, sin derecho a réplica, porque si la acepta puede aparecer para los inquisidores como un adoctrinamiento a sus alumnos por defender su pensamiento frente a los estudiantes.
Este fenómeno no es raro en ciertas partes del mundo donde la ideología del que manda se va internando en todos los actos que tengan que ver con la comunidad. Para ilustrar lo anterior tenemos que recordar como Sócrates fue condenado a beber la cicuta por la forma de enseñar a la juventud. Recordemos que su método era dialectico; era la reacción contra el Relativismo y además fue acusado de corromper a la juventud y alejarla de los principios de la democracia. Si de censura queremos hablar, no olvidemos que El Index fue los libros prohibidos por la iglesia católica, duró muchos siglos hasta 1966. Bajo este tiempo se censuraron libros y obras de arte. En los gobiernos más recientes tenemos que recordar toda la censura que fue el Franquismo en España y sólo se podía publicar la apología del régimen.
La censura entre nosotros sí que ha hecho estragos. Comencemos no más con los Derechos del Hombre y del Ciudadano, traducidos por Antonio Nariño. Los gobiernos del partido liberal como fueron estigmatizados por los jerarcas de la iglesia y de ingrata recordación tenemos a monseñor Miguel Ángel Builes, que el populacho puso en sus labios aquella frase que matar liberales no era pecado. De nuestros escritores recordemos el caso de Vargas Vila, que murió en suelo extranjero y olvidado por sus conciudadanos.
Todo lo relatado anteriormente es para indicar que la censura y todos esos brotes revisionistas no son nada nuevo. Nuestro país se ha movido bajo esa égida de controlar lo que se piensa y se quiere.
El mayor contrasentido de lo anterior es que queremos volver a situaciones pasadas, cuando nuestra Constitución es una de las más pródiga en Derechos fundamentales del ciudadano. Pero aquí hay que hacer una aclaración, Los que nos gobiernan en el país no son del Centro Democrático, son de derecha democrática y como una buena parte del país perdió las elecciones con ellos, se tiene que recibir lo que su credo y filosofía ordenen.
Por lo anterior, debemos preocuparnos cuando el Centro está empecinado en borrar el conflicto armado que hubo en Colombia, además por lo anterior se han apoderado de los centros de memoria histórica y todas la entidades que tengan que ver con el pasado por fervientes discípulos que profesen y prediquen esa doctrina; ellos quieren cambiar la historia a punta de ignorar los hechos.
CODA: El presidente de los Estados Unidos ha ordenado a todos sus funcionarios en Venezuela que se retiren de inmediato porque su presencia les impide actuar allí. Mala noticia. No ha habido intervención armada porque hay americanos; con ellos a salvo, que el señor nos coja confesados, porque las primeras víctimas serán Colombianos.
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