Opinion

“CUANTOS MÁS CAERAN?”

Por: José Oscar González Hernández – Exalcalde de Pensilvania, exdiputado a la asamblea de Caldas, ex personero de Manizales.

07 febrero 2019

El lunes pasado a las ocho de la noche en Señal Colombia, canal institucional, presentaron un documental titulado: THE HARDER THEY FALL.

En mi rústico inglés la traducción es más o menos cuantos más caerán. Por la forma como fue presentado dicho programa es un asomo escalofriante al mundo de la alta competición en el deporte. Habla de todos los deportes, no se escapa ninguno: atletismo, en todas sus formas, natación, fútbol y de mucho de lo que allí se denunció nos encontramos con esta perla y a su vez pregunta: ¿ Se puede ser de alto rendimiento sin médico y sin drogas? Dentro de la trama de la narración nos van contando secuelas en deportistas de alto rendimiento y hacen referencia al parkinson de Mohamed Alí, y las conmociones cerebrales sufridas por jugadores de fútbol americano y miran lo grave que es practicar dicho deporte, que en un partido pueden tener varias interceptaciones fuertes que muchas veces conmocionan en el mismo campo de juego.

A raíz de todas las secuelas de practicar el fútbol americano, varios jugadores retirados demandaron a sus clubes y a la liga y obtuvieron una indemnización, pero los daños cerebrales eran ya irreversibles.

Dentro del contexto del programa se analiza todo lo que es el deporte de alta competición. Nos cuenta como hoy un deportista de alta competencia tiene a su lado un entrenador, médico, fisioterapeuta, sicólogo, dietista, motivador y todo lo que se le ocurra a alguien. Un solo deportista con todos estos profesionales a su lado y pendientes de sus requerimientos se necesita plata para poder sostenerlos. Anteriormente los deportistas al año competían si acaso en uno o dos torneos; hoy, por el contrario, lo normal es que compitan en 6 u 8 torneos. Ahí tenemos el caso de nuestra Catherine Ibarguen y hay muchos otros en el mundo, que desconocemos porque al no tener deportistas participando y nuestros medios de comunicación no los reseñan.

Hoy se ha llegado a la conclusión que “no es deporte, es trabajo”. Al deportista de élite se le exige cada día más con los resultados, hasta llegar al límite y muchas veces sobrepasarlo, porque a más triunfos, más patrocinadores llegarán y por consiguiente más dinero para el deportista y su entorno. El espectáculo y el mercadeo hacen del deporte algo muy lucrativo, pero esto se tiene que respaldar con marcas y triunfos.

Para lograr las marcas y los triunfos hay que lograrlos al precio que sea y ahí es cuando aparecen los medicamentos de dudosa ortografía o el doping. Vitaminas, anabolizantes y tantas cosas que desconocemos llegan donde el triunfador.

En el documental nos muestran y explican varios casos de ELA en futbolistas de Italia. Nos cuentan que la selección de Argelia que participó en los campeonatos mundiales de 1982 y 1986 varios de ellos tuvieron hijos discapacitados y recordaron que en la selección tenían un médico ruso que antes y después de un partido les daba una pastilla amarilla y que ellos creían que se trataba de una vitamina.

Esta pequeña radiografía de lo que tiene que vivir una estrella del deporte nos hace abrir los ojos cuando vemos a James o un Falcao que han tenido momentos difíciles en sus carreras, pero ellos con dedicación, entrenamiento y fe en sus capacidades se han superado. Muchas estrellas del deporte son ídolos con pies de barro.

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