Opinion

DE MEZQUINDAD Y PAZ

Por: Hernando Arango Monedero, Ingeniero y abogado, empresario, exrepresentante a la cámara, exalcalde de Manizales y Director General del SENA.

24 enero 2019

No dejan de sorprender, definitivamente, ciertos comportamientos ciudadanos, y en el día de ayer, en las manifestaciones de repudio a la barbarie que se realizaron en las diferentes ciudades del país, hubo demostraciones de solidaridad, de una parte, y de mezquindad por otra, sin que falten otras de incongruencia mental de algunos.

Demostraciones de solidaridad, como es debido para con quienes padecen en sus vidas la ausencia de seres queridos y que les arrebataron los salvajes que creen que, con generar caos, dolor, tristeza y desolación, están construyendo una idea y reforzando sus argumentos. Demostraciones de solidaridad ciudadana como manifestación de que la sociedad vive, que es fuerte, que no podrá ser amedrentada con expresiones de irracionalidad como la que se ha realizado con este carro bomba y con las muertes de personas que en la comunidad son necesarias; con la destrucción de infraestructura o con la generación de miedo entre quienes crean la riqueza del país en grande o pequeña escala. Solidaridad para con quienes generosamente exponen su vida y su tranquilidad para asegurarnos, al resto de ciudadanos, el sosiego necesario cada día.

Demostración de solidaridad y fraternidad, como corresponde, sin distingos de partidos políticos, tendencias de pensamiento, razas, o credos. Solidaridad y fraternidad ante la tragedia. Solidaridad ante los bienes superiores que son propósitos nacionales, tal como es la paz y la concordia. Solidaridad que no es unanimismo, solidaridad que es la presencia y el respaldo que debe acompañar toda actividad del hombre en la sociedad. Solidaridad como expresión de compañía, así esa compañía provenga de un alguien a quien ni siquiera conocemos, pero que está allí, presente, cercano y dispuesto a ayudar.

Solidaridad, como la máxima expresión de los seres que integramos una sociedad, un conglomerado, una comunidad, una nación. Nación en toda la expresión que la palabra encierra: Población y territorio.

No obstante, esa manifestación extraordinaria de las más de las gentes en ese día, no faltaron aquellos que, empequeñecidos en su condición de seres pensantes, se manifestaron de otra manera y mancharon con sus gestos lo que otros dignificaban con los suyos. Así, expresiones de desunión y de rechazo entre caminantes, fueron dadas. Unos por el uso de frases o avisos en contra de quienes no son de su agrado ideológico. Otros, porque aprovechando el dolor de la sociedad buscaron establecer paralelos entre lo sucedido y lo que en sus anhelos esperan. De esta manera, algunos rechazaron la presencia de personas que no son de su agrado o les son distantes ideológicamente. Otros, usaron las redes sociales para denigrar de sus oponentes y asignarles corresponsabilidades en lo sucedido. Otros, en las tales redes se dedicaron a hacer politiquería barata. En fin, hubo campo para la mezquindad; mezquindad que sólo cabe en las almas pobres. Almas que sólo albergan resentimientos, Almas en las que no cae una brizna de grandeza.

En este escrito, sólo quiero resaltar a quienes, dejando atrás sus diferencias de pensamiento, de ideología, de partido o de lo que fuera, se unieron. Sí, se unieron en pos de lo que es superior. En pos de lo que todos anhelamos. En pos de la paz y la concordia. En pos del entendimiento, así pensemos de manera diferente.

Que de esta marcha debe quedar el que tenemos que caminar juntos, porque somos un solo pueblo. Y ese caminar juntos no requiere que pensemos de igual manera, pero sí requiere que identifiquemos lo que nos une. Y, en pos de eso que nos une, construyamos una patria para todos.

Recordemos: LA PAZ ES EL RESPETO A NUESTROS SEMEJANTES.

Manizales, enero 21 de 2019.

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