Por: Omar Yepes Álzate – Ex senador de la República.
08 enero 2019
TÚNELES, ATRACCIÓN TURISTICA.- ¡Cómo nos lamentamos que el túnel de la Autónoma hubiera sido destruido para construir el adefesio vial con el que se remplazó! Se hubiera podido conservar el túnel ampliándolo. Igual lo sucedido con el paso de Vizcaya. Hubiera podido ser un túnel.
Manizales, una ciudad de túneles, sería un motivo turístico de gran significación.
Y EL PARTIDO CONSERVADOR, ¿QUÉ?.- Desde el siglo XIX ha sido protagonista de la política colombiana. Nació (1849) casi simultáneamente con el partido liberal y desde entonces ha jugado papel preponderante en la política nacional. Desde la presidencia de Núñez hasta 1830 ejerció el mando bajo la denominación de «La hegemonía» conservadora», y a partir de allí emuló por el poder con el liberalismo hasta comienzos del siglo actual. La reforma constitucional de 1991 propició la crisis de los dos partidos por la apertura a la formación de organizaciones de toda índole, crisis que se acentuó a partir de la aparición en escena de Álvaro Uribe y la muerte de los jefes más connotados de ambas colectividades.
Hoy conservatismo y liberalismo padecen un viacrucis. De motores de la política, apenas sí son protagonistas, y a veces juegan a nivel secundario. Los rebasan otras organizaciones y los ponen en apuro los movimientos de opinión. Para concentrarnos en el conservatismo, hace rato no juega en primera línea. Lo hace como comparsa, pero no como protagonista. Cada que se aproxima un debate presidencial la mayoría parlamentaria y, a veces las directivas, miran en varias direcciones para ver donde se acomodan, y casi siempre apelan a las fuerzas de quienes gobiernan para cubrirse de riesgos y alcanzar algo de la partija. Reaccionan las bases, tratan de limpiar su rostro, y la verdad sea dicha, logran su cometido (2014 y 2018), bien con arrojo propio, bien en alianza afortunada.
Hemos insistido en la necesidad que se recupere el afán de lucha y que el partido atienda a su propio imperio. Que se resuelva a luchar por el poder, que es la justificación de su existencia. Un partido no existe para ir al anca, en la grupa; existe para tratar de imponer su ideario, sus tesis, sus programas, y para ello debe tener vocación.
Esperamos que en la próxima contienda se reivindique y que se coloque en primera línea, que haga presencia en el punto de partida. Las alcaldías y las gobernaciones lo llaman. En especial la alcaldía de Bogotá y las otras capitales. Si se gana, ¡maravilloso! Si se pierde, se hace el esfuerzo, se cumple con la misión, y se muestran las fuerzas existentes. Pero lo más importante: se hacen propuestas para ganar simpatizantes, y se exponen principios, postulados, valores, para tratar de reacomodar a nuestra sociedad en asuntos de doctrina, de lo que hace rato carece.
VIA CHINCHINÁ-PALESTINA.– Volvemos sobre el tema. Las autoridades de Palestina deben promover acciones, si se quiere un movimiento cívico, para que el gobierno departamental destine recursos para recuperar la antigua vía Chinchiná-Palestina. Esta vía se requiere para acercar a los ciudadanos al pretendido aeropuerto y para mejorar la comunicación entre los dos municipios. Si se topa con la pista se debe construir un túnel para asegurar el paso.
PONER ORDEN.– ¿Se quiere poner orden al desorden social y a la corrupción vigentes en Colombia? Eso está en manos del gobierno. El gobierno debe fomentar una cultura cívica más robusta que la actual.
EL UNO.– El ser humano está siempre a caza de oportunidades no importa que sentimientos o valores haya que pisotear. Vana pretensión esperar algo diferente de él. No obstante, siempre existirá el Uno, aquel que, como decía Kipling, «irá contigo hasta el pie y más allá de tu cadalso».
LA LÓGICA POLÍTICA.- El gobierno del presidente Jair Bolsonaro anunció ayer una «limpieza» de simpatizantes de izquierda entre los cargos de confianza de los ministerios para poder aplicar sin trabas internas su programa ultraconservador en lo social y liberal en el terreno económico. «No tiene ningún sentido que mantengamos en un gobierno con un perfil como el nuestro a personas que defienden otro sistema político, otra organización de la sociedad. Es la única manera de poder gobernar con nuestras ideas, nuestros conceptos y hacer lo que la sociedad brasileña decidió por mayoría…» (El Tiempo, enero 4 de 2018).
El cambio es en los cargos de dirección, donde estriba la responsabilidad política. Se evita el camuflaje y las trabas de la administración en el desarrollo del programa de gobierno con que se ganaron las elecciones. Se quebranta el acomodamiento de quienes votaron unas ideas y quieren permanecer bajo el amparo de otras, algo tan usual en nuestro medio.
BOLSONARO.- Su consigna: «Brasil por encima de todo; Dios por encima de todo».
VISITA DE POMPEO A COLOMBIA.– Esta puede ser la síntesis de la visita del secretario de Estado de los EE. UU, Nike Pompeo a Colombia. Estuvo 40 minutos y fue recibido por el presidente Duque en la Casa de Huéspedes Ilustres de la Presidencia, en Cartagena.
– Trabajar conjuntamente para ayudar a los que emigran de Venezuela. Recordó ayudas por 92 millones de dólares hasta el presente.
– Ayudar en la reducción de la producción de cocaína en Colombia en un 50% al año 2023 y a reducir la demanda en los EE. UU.
– Apoyar a Colombia para alcanzar una paz estable y duradera.
– Fortalecer intercambios comerciales eliminando barreras en la industria farmacéutica y de cultura.
– Apoyo a la agenda de seguridad y de lucha contra el terrorismo y contra el narcotráfico.
(Tomado de El Tiempo, jueves 3 de enero de 2019)
ALGO PARA MEDITAR.– Más cercanía a principios y mayor exigencia a programas básicos para aliviar problemas ciudadanos ayudaría a recobrar la confianza en las organizaciones partidistas y en el Estado mismo. Sin restar méritos a la dirigencia es bueno que haya más apego a doctrinas y a realizaciones del aparato estatal para alcanzar auténticos respaldos ciudadanos. Los caudillismos ganarían mayor raigambre en la medida en que ajustaran su conducta, sus procederes, a la doctrina que dicen defender, y la democracia sería más auténtica si el pueblo racionalizara el voto y examinará comportamientos y resultados en la representación que entrega.