EDITORIAL
Por esta época de precampaña electoral, empiezan a surgir candidatos de todos los colores y sabores para las diferentes posiciones de elección popular en las elecciones del 27 de octubre de 2019.
Antes de continuar, hacemos énfasis sobre el hecho de pertenecer a un Estado social de derecho en el que constitucional y legalmente todo ciudadano, mayor de edad y sin antecedentes penales, puede aspirar a los cargos de elección popular.
Sin embargo, el cumplimiento de los requisitos legales y constitucionales no hacen de una persona necesariamente un candidato con reales posibilidades de éxito en su cometido, como tampoco lo hace la cantidad de dinero que tengan dispuesto para ello ni el buen desempeño en los cargos y posiciones que haya ocupado.
En Caldas recordamos hace una década cuando el ex parlamentario. Rodrigo Garavito Hernández, quiso hacer elegir a su hijo Nicolás a la Cámara de Representante, quien era una persona joven, profesional y especializado y, sobre todo, con chequera abierta; sin embargo, su candidatura fue un completo fracaso. Y como este, ha habido varios casos en el departamento y Manizales.
Un candidato es el producto de varios factores. Obviamente debe tener un respaldo económico para los gastos de su campaña y su sostenimiento durante más de un año, debe contar con organización política que lo apoye, su comportamiento social, trayectoria y pasado son muy importantes, el desempeño en los cargos o posiciones que haya ocupado, la experiencia y preparación, también son fundamentales; y debe tener condiciones y calidades humanas además de excelentes relaciones personales, en otros términos, como dice el jurista columnista César Montoya Ocampo, “mieludito”.
El aspirante también debe tener trabajo político adelantado y en forma permanente, porque la política es como las novias: si no las administra otro se las lleva. Con todos estos ingredientes se hará un excelente candidato.
Muchas personas han perdido el sentido de las proporciones y piensan que de la noche a la mañana tienen las condiciones para aspirar al cargo que se les antoje, y lanzan sus aspiraciones como globos a ver dónde caen. Esa proliferación de candidatos en muchos casos ayuda a confundir al elector quien termina votando por alguien diferente al de sus preferencias.
En esto también tienen gran responsabilidad los partidos que otorgan avales a diestra y siniestra con el único propósito de captar votos para su colectividad e incrementar la cuantía de gastos de sostenimiento otorgados por el Estado.
El llamado es para colocarle seriedad a las aspiraciones y poder adelantar una campaña electoral con propuestas y seriedad. Hasta ahora, no se tiene conocimiento que el Niño Dios regale candidaturas exitosas.
Pensilvania, diciembre 23 de 2018.
P. D. Esta página EDITORIAL volverá a publicarse el 13 de enero de 2019.
