Opinion

APUNTES DE JOTAEFE

ALTERNATIVAS A LA CRÍSIS FISCAL DEL PAÍS.

Por: José Fernando García Gómez – Profesor Universitario y Consultor en Administración Pública

05 novimbre 2018

Para el país nacional la ley de financiamiento es, parcialmente, un absurdo y parcialmente un acierto. Lo absurdo se concluye de la iniciativa de ampliar la base gravable del IVA, en especial en cuanto a lo que afecta la canasta familiar. Lo acertado se denota en el intento de mejorar la progresividad del sistema tributario haciendo que pague más quien más ingresos recibe y menos quienes dependen de unos ingresos bajos, buscando afanosamente la esquiva equidad tributaria.

No obstante, la iniciativa parece orientada exclusivamente a tapar el hueco fiscal con mayores recaudos sin orientar esfuerzo alguno en la revisión de la estructura de gasto del Estado.

Y es que intentar solucionar el problema únicamente con apretones a los contribuyentes parece no solo antipopular sino regresivo, así se pretenda devolver el IVA a los consumidores de menos ingresos, lo que puede resultar de mayor costo que beneficio.

Por lo demás, sostener que el bache fiscal se debe al desbordado gasto público, promovido por el gobierno anterior, y simultáneamente no proponer soluciones atacando la irracionalidad del gasto es, por no decir menos, una irresponsabilidad del gobierno en cabeza del Ministro de Hacienda y la Directora Nacional de Planeación. No es «metiendo las manos» en el bolsillo del ciudadano como se resuelve el problema mientras se sigue alimentando la exagerada burocracia y buscando financiar algunos programas «asistencialistas» de poca generación de riqueza social.

La «hipocresía tributaria» que ha caracterizado los gobiernos de turno, la misma que hace creer a los ciudadanos que se requieren mayores recursos para el crecimiento y desarrollo mientras en la realidad se esconden los ocultos intereses de favorecer a los grandes capitales, a los grandes evasores y elusores tributarios y a sus líderes empresariales, que respaldan con aportes las campañas electorales, es una demostración de que sigue campeando la politiquería en el manejo de las instituciones públicas. Y ni que hablar de las nóminas paralelas «camufladas» bajo la forma de contratos de prestación de servicios para sostener la clientela a costa de los cuantiosos recursos de inversión que estos consumen sin generar ninguna clase de beneficio ni social ni económico.

Como se observa, el problema de fondo ni se ataca ni se resuelve, dado que el único fin visible es el de recoger los billones de pesos que faltan para financiar un presupuesto con alto contenido asistencialista, que sostiene la exagerada burocracia, que mantiene favores y la clientela de un gran número de congresistas «chantajeadores» del gobierno y que beneficia a la clase privilegiada del país.

Así no es señor Presidente. Votamos por usted en respaldo a Marta Lucía Ramírez y en la certidumbre que sus promesas de campaña serían realidad detrás de su slogan de un «gobierno de palabra». Si su Ministro y Directora del DNP no tienen la creatividad para buscar fórmulas de reforma estructural del sistema tributario y la estructura del gasto del Estado, sería mejor que los removiera y buscara mejores exponentes de una política de austeridad, equidad tributaria y verdadera lucha contra la politiquería.

Por algo es que se vislumbran nubarrones de decepción sobre un gobierno que apenas comienza, y no muy bien.

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