Opinion

‘Moción de censura’

Por: Mario Arias Gómez

31 octubee 2018

Acto de control político hundido (120 x 22), que le da un respiro -con sabor a derrota- al intocable e insostenible min-Hacienda, que se prepara para asaltar el bolsillo de los colombianos. Demoledor desgaste, transferido al Presidente, quien parece que luego de 86 largos días, no se acomoda, tampoco mide el costo-beneficio y derivas de sus acciones de gobierno, apreciadas de frívolas, improvisadas, equivocadas, ‘remember’, la defensa del ‘todo vale’ del cabizbajo ‘encomendero’, saqueador de los erarios municipales, que contaminó ya la futura historia de su ingenuo protector. Otro: La imposición de la descalificada -sin perfil, ni experiencia- jefa de la Agencia de Desarrollo Rural.

Agréguese, la festinada ‘Cruz de Boyacá’, colgada al analfabeto Macías, galardón pisoteado, que otrora merecieron quienes de verdad se destacaron por los servicios prestados a la patria. Vergonzoso agradecimiento al ‘don nadie’, por sus catedralicias metidas de pata; por leer -por encargo- el memorial de agravios que le prepararon, y que deslustró la posesión. Lora dada frente a los abatidos invitados, nacionales y extranjeros.

Sigue, el reverdecido clientelismo diplomático, reembolso a furtivas adhesiones. Ejemplo: El ‘payasito Santos’ (marihuanero compulsivo) señalado de ser el infidente de la intervención contra Venezuela. El degradado exprocurador (heraldo de la corrupción). Los cristianos Viviane-Lucio. Glorisa Ramírez, pago de la asesoría prestada. El abstruso Ubeimar Delgado, etc. Mermelada burocrática que el Presidente juró exorcizar.

Y ni hablar del oso ante el Rey Felipe: Saludos del sempiterno presidente Uribe, ‘que lo quiere mucho’; o la insólita cola de lagartos, con esposas, hijos, suegras, amigos, servidumbre (faltaron las mascotas), con las que el graduado ´derrochón’, se apareció -con cargo al erario-, a la lagarteada e insubstancial ‘Visita de Estado’ al Vaticano, donde su Santidad, qué digo el tocayo, fue confianzudamente manoseado, por ´la eminencia gris de palacio, (Secretario General). Coloquial guachafita fotográfica, para enriquecer la vanidoteca. También la montañerada de hacerle el mandado a James, de llevar la camiseta de la Selección, “firmada y con mucho cariño”. Solo faltó el carriel-poncho-peinilla. Tempranero lastre a cuestas, que empañó -qué duda cabe- la inseparable majestad del cimero título, de ‘Presidente de los colombianos’.

Por si faltara, el gran afectado del debate de los ‘bonos de agua’, fue el Gobierno, que madrugó a absolver al delincuente que calculadamente endeudó, quebró, 117 municipios pobres, cuyos alcaldes -la mayoría- dilapidaron, se robaron, no construyeron las obras hídricas, sanitarias. Evidencias pasadas por alto por el Presidente, quien, en un incomprensible acto de soberbia, atornilló al muy vivo funcionario, so pretexto de no haber en Colombia, con quien reemplazar a semejante lumbrera, prestidigitador que convirtió conchudamente, un negocio particular, en patriótico acto de interés general.

Prevaricador atrapado y sin salida, cuyos secuaces actúan -sin un ápice de vergüenza- como pandilla, que sostienen lo insostenible, defienden lo indefensable, doble moral que le permitió constituir la sociedad, Navenby Investment Group Inc., en un paraíso fiscal (sinónimo de lavadero de dinero sucio), estrategia que no fue más que una tipifica e incalificable maniobra de evasión tributaria, que lo inhabilitó moralmente para ejercer el ‘control y detección de operaciones relacionadas con el blanqueo de activos y evasión tributaria’, con lo que piensa tapar el hueco fiscal (14 billones) del desequilibrado presupuesto (2019).

Campante malhechor que, en paralelo, aparece en la lista de los famosos, ‘Panama Papers’, usada para evadir impuestos e invisibilizar las utilidades de vértigo, del oscuro negocio, bautizado, ‘Bonos de agua’, que aún no explica satisfactoriamente. Trampa -la más grande estafa del presente siglo- con la que engrampó y amarró los municipios, mediante contratos con cláusulas abusivas; elevado interés, nunca registrado en la Bolsa de Valores, agregada la obligación de soportar severo desangre por 19 años, sin pago anticipado.

Lo recibido por la Fiduciaria Alianza, antes de que papá gobierno -Findeter-, se hiciera cargo del entuerto financiero, fueron míseros $22.657 millones, extraídos por Carrasquilla y asociados, a los colombianos, que serán al final, $159.000 millones, con base a: “Los remanentes de esta Cuenta Fiduciaria de Reserva de Servicio a los Bonos, se transferirán al Fideicomitente, Andrés Flórez -socio de Carrasquilla en Konfigura y en Navenby en Panamá-, una vez los Bonos hayan sido redimidos totalmente”.

Carrasquilla mintió vulgarmente al decir que solo había efectuado el estructuramiento financiero, que en absoluto se ocupó del esfuerzo “comercial”; afirmó falsamente, haber recibido 8.000 millones, mientras lo probado pasa por los 22.000 millones; engañó al decir que nada tuvo que ver con los cambios normativos en el Sistema General de Participaciones, que favorecieron el diseño del negocio (bonos) en su beneficio.

Las farisaicas explicaciones del exministro (Gerente de Configura), las desmintió, el Acta 63 -Concejo de Lebrija- en la que se patentizan las gestiones adelantadas para la aprobación de los 3.500 millones de endeudamiento (que debieron replicarse -se asegura- en los otros esquilmados municipios); acta en la que consta que los ediles, Alonso Valenzuela y Fernando Manosalva, participaron con Carrasquilla, en reuniones en que no solo se habló de coimas (“100 palos por contrato”), sino la recomendación para llevar la delictuosa información -en contante y sonante- a los acosados alcaldes.    

Bogotá, D. C. 31 de octubre de 2018

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