Opinion

¡Insobornables, incorruptibles, virtuosos!

Segunda parte

Por: Mario Arias Gómez

03 octubre 2018

Términos con los que, Hernán Francisco Andrade Serrano, disfraza su antípoda y penosa condición, que bien sustenta el afiche que encabeza esta nota, al que le falta el ¡SE BUSCAN! con la ‘RECOMPENSA’ del caso. Preámbulo de la segunda parte de la columna, ’Condénalos oh Dios’, cedazo por el que ya pasó el muy laxo, ´Fincho’ Cepeda, correspondiéndole hoy el filtro, al grotesco, ominoso ‘manzanillo’, que funge, impertérrito -para vergüenza- sin autoridad moral, ni talento, como flamante Presidente del Directorio Conservador.

“En el reino de los ciegos el tuerto es rey”, pequeño napoleoncito que monopolizó, degradó, diluyó al Partido; hombrecito sin apego moral, operado, en forma excluyente, como coto de caza; como mampara para sus patibularios intereses ‘non sanctos’, con la complicidad del compinche aludido, y la docilidad de un grupo importante de arrodillados -con comportamiento de horda- miembros del Directorio Nacional.

Manipuladores del poder, arrebatado al robotizado pueblo conservador, tenido por su sirviente, que alguna vez fue fortín, pilar democrático, mangoneado y ninguneado hoy, por la insaciable e indeseable cáfila de oportunistas, predichos, precedida por el melancólico, insubstancial y prontuariado Andrade, temporalmente ‘absuelto’ por la CSJ, debido a que, según oficio 02957 del Fiscal General, se ha reabierto, por causa de las interceptaciones de la DEA, que desenmascaró, el criminal ‘cartel de la toga’, del que buitre en mención, fue apreciado cliente, socorrido -por la paga-, por los venales, Gustavo Moreno y José Leónidas Bustos, los que le rescataron el depreciado ‘honorable’, blanquearon su pasado, dejando más preguntas que respuestas.

Desviándome del tema, registro el sorprendente desagravió que le preparó al destituido exprocurador, ahora embajador en la OEA, ‘lastimado’ por quienes no pasamos de agache, su vergonzoso ejercicio público, sin barreras morales, tácita causa del deterioro ético del país, al que, por lo visto, el país le quedó debiendo plata.

Reciprocidad a quien pasó por alto el resultado del allanamiento a la exótica ‘Villa Yuri’, propiedad del cerebro, que con otros, desangraron a Cajanal, donde aparecieron dos pagarés suscritos por Andrade, 7 y 10 de marzo de 2006, por $ 150 y 100 millones, respectivamente, prácticamente en blanco, emitidos con tres días de diferencia, a dos de la elección de Andrade como senador, quien declaró desconocer la condena a siete años de prisión, contra Contreras -su prestamista-, impuesta en septiembre de 1997, ratificada en casación por la CSJ .

Umbrosa operación adornada por estas contradicciones: Primero explicó que el propósito del préstamo, no era “estrictamente electoral (…) sino que también incluía una transacción comercial”; reconoció que antes, el nada respetable mafioso, le “había colaborado antes en otra campaña”. Confesión modificada con esta rotunda declaración: “Los préstamos tuvieron una ‘razón’ comercial, exclusivamente, la cual explicaré a las autoridades, solamente”. Billete en efectivo (que no deja rastro) proporcionado al cierre electoral. ¿Para un negocio comercial? ¡Mamola! “Ni en entonces, ni ahora (dijo), veo ningún problema en haber recibido el empréstito, porque yo no conocía sus antecedentes, ni la sanción”.

Infantil coartada, que no se la creyó ni él mismo, dado que, en Neiva, “todo el mundo sabe -como en cualquier pueblo pequeño- lo de todo el mundo”, máxime, si se trata del oscuro senador -de piel y conciencia-, que siempre mostró -más que nadie- el máximo interés por Cajanal. La opinión no olvida el intimidante debate de control político, por él adelantado -el único- sobre la entidad. Preguntado, si luego de percatarse del proceso penal contra su acreedor, había puesto en conocimiento de la autoridad respectiva la relación ‘comercial’, respondió tajantemente, sí, negándose -otra vez- a identificarla, prometiendo hacerlo más luego.

Ni el más incauto, candoroso o ingenuo, pasaría por alto, la innegable influencia que como senador o presidente del Congreso, ejercía sobre los actores estratégicos del proceso en comento, condición óptima para esfumar las graves sindicaciones. Dijo haber pagado la deuda, después vino este galimatías -lo más seguro es que quién sabe- no recuerdo. Época en que se caracterizó, por ser el más constante visitante de Cajanal, cada semana -existe fehaciente constancia-, llegaba con un ‘costalado’ de cédulas de maestros, para apurar -aducía- sus pensiones.

El gerente, Augusto Moreno, certificó -bajo juramento- la solicitud (asumida como exigencia), dos como senador y una como presidente del Congreso, para que priorizara, ayudara, los trámites del intermediario, Óscar Torres, abogado-gestor de centenas de pensiones, especialmente de caleños. “El hoy presidente del Senado, me presentó a dicho tinterillo, con el fin de agilizar varias pensiones. Continúo mañana.

Bogotá, D. C. 03 de octubre de 2018

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