Por: José Oscar González Hernández – Exalcalde de Pensilvania, exdiputado a la asamblea de Caldas, expersonero de Manizales.
27 septiembre 2018
Los tiempos que vivimos hoy están revolcados. Vivimos en un agite monumental, el tiempo pasa raudo y sobre todo queremos que los hechos suceden en forma rápida pasando por encima de la normatividad. Para muestra un botón.
Hace una semana estuvo de visita en nuestro país el Secretario General de la OEA, el señor Almagro, que no le ha ido muy bien con el señor Maduro de Venezuela. Y obviamente, el Secretario aprovechó el territorio colombiano para hacer presión sobre Venezuela y su Presidente, nos dijo: “Se necesita tener abiertas todas las opciones, incluida la militar”. Esta afirmación dicha por un candidato en campaña se puede tolerar, pero pronunciada por el Secretario de una organización multilateral como la OEA es inadmisible; miremos porqué.
La OEA “es un organismo regional con el objetivo de lograr en todos sus estados miembros, un orden de paz y justicia, fomentar la solidaridad, robustecer la colaboración y defender la soberanía e independencia; basándose en pilares como la democracia, los derechos humanos, la seguridad y el desarrollo. Es el principal foro regional para el diálogo, análisis de políticas y toma de decisiones en asuntos del hemisferio”. Lo subrayado es mío.
Como lo podemos ver en su definición, la OEA plasma un modo de actuar y nunca está impulsando la opción militar por ningún lado. A mi modo de ver fue un desaguisado lo dicho por el Secretario. A Esto agreguémosle que uno de los principios de dicha organización es que cada Estado tiene derecho a elegir sin injerencias externas, su sistema político.
Creo que dicha afirmación del señor Almagro debió haber sido rechazada por las autoridades colombianas de plano; pero no se puede dejar de lado que las autoridades colombianas están embarcadas en ver caer a los gobernantes del socialismo del siglo XXI, entonces, hacen mutis por el foro.
No se puede dejar de lado el editorial del diario La Opinión de Cúcuta de hace unas semanas, antes de la venida de Almagro, en donde en forma clara por cierto le pedía al gobierno colombiano que mucho ojo, porque si se desataba una conflagración en Venezuela los primeros afectados éramos los colombianos y por consiguiente la zona fronteriza de Cúcuta.
Creo yo, que estamos ad portas, muy cerca de un conflicto bélico con nuestros vecinos. A nosotros nos tocará poner los muertos y la destrucción de la infraestructura y a los que propiciarán la confrontación, Estados Unidos, Rusia y China, les tocará el petróleo.
Esa situación hay que manejarla con guantes de seda. Cuidado.
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