Opinion

UN DULCE PARA UN NIÑO

EDITORIAL

23 septiembre 2018

Pasada la emoción de los primeros días, es importante analizar con cabeza fría y objetividad los logros de la reunión de alto nivel realizada el pasado miércoles en la Presidencia del Senado de la República en búsqueda de recursos y priorización del proyecto Aeropuerto del Café.

Debemos resaltar la buena voluntad y perseverancia del Senador del Centro Democrático, Carlos Felipe Mejía Mejía, quien nunca ha declinado en su propósito de buscar viabilidad para lograr este objetivo. Ha tocado todas las puertas posibles.

En otros aspectos, primero, es inexplicable la movilización de tantas personas desde Manizales para asistir a esa reunión. La mayoría no moduló palabra y su actuar se limitó a calentar silla y escuchar lo que otros decían.

Segundo, el presupuesto total del Aeropuerto del Café ya ronda el billón 200 mil millones de pesos. La primera etapa, en dinero del 2018, costaría entre 400 mil y 500 mil millones de pesos.

Tercero, varios parlamentarios presentaron una proposición para que sea incluida una partida de 100 mil millones de pesos en el Presupuesto General de la Nación para la vigencia fiscal 2019 con destino al Aeropuerto del Café.

Cuarto, ni la Gobernación de Caldas ni la Alcaldía de Manizales tienen los recursos disponibles este año ni el próximo para completar el presupuesto de la primera etapa. Esperan vender los terrenos del actual Aeropuerto La Nubia para esos menesteres. Lo tienen tasado entre 180 mil y 200 mil millones de pesos. Aún así, sigue faltando dinero.

Quinto, de ser aprobados los 100 mil millones para el Presupuesto General de la Nación para el año próximo, viene la lucha para que esos recursos sean desembolsados, lo cual debe hacerse antes del 26 de junio, fecha en la cual empieza a regir la Ley de Garantías electorales de las elecciones del 27 de octubre.

Sexto, el año entrante, 2019, vendrá un nuevo peregrinar para la asignación de recursos en el Presupuesto a ejecutar en el 2020. Mientras tanto los costos aumentan.

En conclusión, No nos digamos mentiras, para realizar el proyecto del Aeropuerto del Café se necesita voluntad política y la existencia de recursos que se puedan disponer para tal propósito.

Y esa voluntad política del Gobierno Nacional no es otra que la asignación de una vez por todas de recursos por 400 mil o 500 mil millones de pesos para desarrollar, por lo menos, la primera etapa de la obra. Eso a cuenta gotas no funciona. Mientras tanto, la obra no despegará y estos 100 mil millones serán como los 50 mil millones anunciados por Santos hace un año en Manizales. La voluntad política está ligada a la disponibilidad presupuestal y con Alberto Carrasquilla de Ministro de Hacienda, la cosa es supremamente difícil.

Esos 100 mil millones anunciados es un contentillo, es un dulce para un niño. Aquí perdimos la gran oportunidad histórica de haber construido el aeropuerto cuando desde el Gobierno Nacional, siendo Presidente de la República, Álvaro Uribe Vélez y Ministro de Hacienda, Oscar Iván Zuluaga, le impusieron al gobernador de Caldas de la época, Mario Aristizábal Muñoz, el nombramiento de Francisco Cruz Prada como gerente de Aerocafé, con las consecuencias que todos conocemos.

Mientras tanto, Aerocafé seguirá con el récord de ser el único aeropuerto del mundo en el que, sin aterrizar un solo avión, despegó uno: Francisco Cruz Prada y sus secuaces.

A propósito, nunca se ha hablado de la responsabilidad política del descalabro de Aerocafé.

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